La poesía es la unión de dos cosas que uno jamás hubiera pensado que pudieran juntarse, un misterio linguístico y conceptual, musical y eufónico. O como diría el poeta sevillano, poesía eres tú. Es lo que afirmaría si tuviera a Rosario Troncoso mirando sus pupilas. Troncoso ha publicado los libros de poemas Huir de los domingos (2006), Delirios y mareas (2008), Juguetes de Dios (2009), El eje imaginario (2012), Fondo de armario (2013), Transparente (2015), Eternidad provisional (2016), Nuestra orilla salvaje (2017), La piel y su memoria (2018) y Los ángeles fríos (2019). ‘En el corazón, escamas’ .Ha dirigido la revista cultural y literaria El Ático de los gatos.
Rosario Troncoso acaba de publicar ‘Maternidades’, una obra plural resultado de la experiencia de la maternidad contada por 39 autoras españolas e hispanoamericanas que narran, desde técnicas diversas, su visión y vivencias. Y todo ello desde un mismo hecho. Madres con visiones tan ricas, impactantes y portentosas, como universales. Esto es lo que nos cuenta...
¿Qué es para usted escribir?
–A veces he respondido que es un vicio. Lo sigue siendo. Pero ya es una necesidad vital, del todo. Y más en estos tiempos de pandemia y soledad. Escribir es aprender a dialogar con nosotros mismos para saber comunicarnos con los demás.
¿Desde cuándo escribe?
–Desde que aprendí a leer.
¿Qué diferencia hay entre su prosa y su poesía?
–Son géneros distintos pero la pulsión es la misma. Crear, gestar, parir mundos para el mundo. Mi prosa y mi poesía creo que más que tener diferencias, se complementan.
¿Dónde se derrrama mejor su alma?
–Sobre la piel de los cuerpos amados.
¿Desde cuándo escribe poesía?
–Desde que empecé a ver las aristas a la vida y a leer lo que los poetas sienten ante ellas.
¿Cuál es le premio que más satisfacción le ha dado?
–No me suelo presentar a certámenes por pereza. Pero el Ateneo de Sanlúcar me ha tratado muy bien. Para mí el premio mejor es llegar al lector.
¿Hay desigualdad entre hombres y mujeres en el mundo cultureta?
–Rotundamente sí. Nosotras, en el momento en que somos madres, tenemos que hacer malabarismos para hacer cualquier cosa extra a la crianza. Ellos, no tanto aunque sean padres. Como mujer, no he notado mucho desequilibrio, pero alguna anécdota con comportamientos machistas sí que me he vivido.
De entre sus poemarios, ¿cuál es su niña bonita y por qué?
–'Nuestra Orilla Salvaje'. Es el libro más brutal.
¿Es cierto que se escribe por necesidad?
–Sí.
¿Cómo se definiría como poeta?
–Huyo de las etiquetas y las clasificaciones, por eso no podría ser bibliotecaria. Tengo mucho que decir, y parecen muchas voces distintas. Pero confluyen en la mía propia y me esfuerzo por reconstruirla cuando pierdo el norte. Soy una poeta de sangre y oficio.
Usted es muy prolífica también en las redes sociales
–Soy muy comunicativa. Para mí las redes son una herramienta maravillosa. Hay que usarlas bien.
Delirios y Mareas, Transparente, Nub, relámpagos, Nuestra Orilla Salvaje, Huir de los Domingos...... hasta su último poemario: En el corazón...escamas: cuál ha sido su evolución poética.
–Más que evolución, yo diría que estoy siempre en constante movimiento y búsqueda. Y mucho lo que escribo quizás rezuma bagaje lector. Tengo épocas en que mis lecturas son tan diversas que se mezclan y nutren y el resultado se ve en lo que escribo. Aprendo siempre.
¿Qué ha supuesto la maternidad en su vida?
–Un punto de inflexión. Lejos de tópicos, ha sido una forma de madurar a lo salvaje y de mirar a los ojos al miedo. Eso de que se pierde mucha libertad...pues sí, y del todo. Pero compensa aunque sea a veces duración.
'Maternidades'...
–En este libro coordinado junto a Carmen Canet y editado por Javier Bozalongo en Sonámbulos Ediciones es un canto en 39 voces de autoras para celebrar la maternidad. No para reivindicarla. No desfallecemos. Y mostramos al mundo lo que es ser creadoras y madres, con todo lo que conlleva.
¿En qué momento está Rosario troncoso? Escribir, enseñar, ser madre, ser mujer, ser persona.... ¿cómo lo hace?
–También yo me lo pregunto. Mi momento es feliz y fuerte, a pesar de ser complicado en lo sentimental y acabar de pasar por las garras del Covid, la enfermedad de la soledad. Mis hijos, mis recién vacunados padres, mis amigos, mis alumnos y mi vida cultural son mi fuente de alimentación.
¿Cómo está viviendo esta época de pandemia?
–De lleno. Agotada. Harta. Como todos. Pero más esperanzada que nunca.
¿Cómo valora la cultura en estos momentos?
–Vamos mejorando. Sobre todo porque existen personas como tú.