La misión de este robot ha sido recoger datos del océano como la densidad del agua, la salinidad o la temperatura, con la intención de contribuir a un mejor conocimiento del mar en el proceso de cambio climático y su impacto en las infraestructuras portuarias.
La singularidad de este artefacto es que se trata de una herramienta “limpia”, que no utiliza energía contaminante, por lo que podría ser el primer paso para utilizarlo de forma frecuente en estudios oceanográficos e incluso, en el futuro, para desarrollar un nuevo sistema de transporte marítimo.
El Caballero Escarlata, que partió desde Nueva Jersey, ha hecho una travesía de 7.400 kilómetros en 225 días, propulsado con ayuda de las corrientes submarinas y con el apoyo baterías. El planeador submarino mantuvo durante la travesía una velocidad media de 15 centímetros por segundo.