—Se ha hecho cargo de la Presidencia de la Asociación de Comerciantes del Mercado de Abastos (Acomer) de Chiclana al inicio de la campaña de Navidad, una campaña que se debe notar mucho en las ventas de los minoristas…
—La verdad es que las ventas están todavía muy flojas para las fechas en las que estamos. Debería de haber empezado ya la subida de las ventas por la campaña de Navidad, al menos así ha sido otros años, pero se nota que este año no hay dinero.
—Se nota en que los clientes consumen menos o en que piden artículos de una calidad inferior
—Ahora todos los clientes quieren precios más baratos. Miran mucho el precio. Siguen queriendo calidad, pero la quieren muy asequible y eso no es siempre posible. Para nosotros es muy difícil ofrecer la máxima calidad a un precio muy barato, que es lo que quieren los clientes este año acuciados por la crisis económica. Todo el mundo tiene que tener las cosas claras: cuando tú compras algo bueno te cuesta dinero.
—Con la apertura de grandes superficies, ¿se ha notado bajada de público en el Mercado de Abastos de Chiclana?
—No hemos notado una reducción drástica de los clientes. Seguimos teniendo, más o menos, el mismo número de clientes, lo que pasa es que se nota la crisis. La señora que antes compraba un kilo de pescado, ahora compra medio. No hay dinero, está muy claro.
—En una primera impresión, el Mercado de Abastos de Chiclana presenta un aspecto bastante aceptable. ¿Es esta la realidad o se esconde algo?
—Es cierto que el mercado, sus dependencias y sus instalaciones están muy bien. Los consumidores así nos lo hacen llegar. Los minoristas estamos bien, aunque el mantenimiento está regular, sobre todo en el aspecto de pintura en determinadas zonas y paredes del mercado. La cuestión de cámaras frigoríficas depende directamente de nosotros y las tenemos bastante bien en cuanto a estado y mantenimiento.
—¿Los clientes no hacen ninguna crítica al mercado?
—La principal queja que hacen es por el precio del aparcamiento, que lo consideran muy alto. Vamos a ver si logramos bajar un poco ese precio y satisfacer esta exigencia de nuestros clientes.
—¿Cómo van las relaciones con el Ayuntamiento?
—Pues la verdad es que todavía no hemos tenido ninguna reunión. Aquí vino el alcalde a saludarme después de que fui elegida como presidenta de Acomer y este es el único contacto que de momento hemos mantenido. De todas formas, todos los viernes comunicamos al Ayuntamiento los problemas que han surgido durante la semana y las propuestas que hacen los distintos minoristas que venden en el mercado. De momento, desde que soy presidenta, no ha surgido ningún problema que el Ayuntamiento haya tenido que solucionar. Hasta ahora el mandato está siendo tranquilo.
—¿Ya ha habido reunión de los responsables de Acomer?
—Por su puesto. Estamos estudiando qué se puede hacer para que aumente el número de consumidores que compran en el Mercado de Abastos. Tenemos muchas ideas para fomentar la compra, pero todavía no queremos anunciar nada por si al final acaban por no salir. Ya nos ha pasado que hemos ofrecido a Cáritas un lugar para recogida de alimentos y nos han dicho que no tienen personal para atender este espacio, así que no ha podido ser. Nosotros seguiremos buscando ideas y proponiendo cosas para animar el mercado, medidas parar atraer público.
