La asociación AIRES, que trabaja en evitar la exclusión social de los alumnos expulsados de los institutos, ampliará su actuación en San Roque a los IES José Cadalso y Mar del Sur, después de llevar tres cursos realizando esta actividad de manera altruista en el Carlos Castilla del Pino. Así se ha acordado en virtud del convenio de colaboración que han suscrito este colectivo y el Ayuntamiento, por el que el Consistorio aporta una subvención de 4.000 euros para cubrir este servicio en los tres centros educativos.
El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, ha firmado el acuerdo en nombre del Ayuntamiento junto a Lucía Sacristán, presidenta de AIRES, en un acto en el que también participó la concejal delegada de Educación, Belén Jiménez. Las siglas de AIRES se corresponden con Adolescencia e Infancia en Riesgo de Exclusión Social.
El primer edil explicó que “AIRES viene trabajando en el municipio con estudiantes del Carlos Castilla del Pino para evitar el absentismo y el abandono escolar, y ahora se han elegido otros dos centros con niveles elevados de estos problemas, como son el IES José Cadalso y el IES Mar del Sur de Taraguilla”.
“Prestamos colaboración así -continuó- con una entidad que trabaja con jóvenes procedentes casi siempre de familias con pocos recursos, en los que existe un mayor nivel de fracaso escolar. AIRES dispone de un equipo de técnicos cualificados para abordar esta tarea, que no es otra que evitar el fracaso escolar entre los alumnos con el objeto de que obtengan la formación necesaria para introducirse en un mercado laboral cada vez más difícil, así como intentar que los recursos que entre todos aportamos por la educación pública beneficien al mayor número de alumnos”.
Por su parte, Lucía Sacristán agradeció al Ayuntamiento su “implicación y colaboración con este proyecto que llevamos a cabo desde hace tres cursos en el Castilla del Pino con alumnado absentista y sancionado, evitando que se queden en casa durante la sanción. Son jóvenes que requieren de nuestra ayuda, porque pertenecen a familias con muchas necesidades”.
“No sólo -apuntó- les ayudamos en materias tradicionales, como las matemáticas, sino también educación en valores, control de impulsos, gestión de emociones y otros recursos para que puedan adaptarse y mejorar la convivencia en los centros educativos. Somos conscientes de que esta problemática es cada vez mayor y que también aumentan los niveles de fracaso escolar”.
Se trata un proyecto integral de prevención del riesgo en infancia y adolescencia en el sistema educativo, cuyo objetivo es prevenir el fracaso y abandono escolar prematuro del alumnado expulsado que habitualmente procede de familias desestructuradas. La función de este programa es que el alumno expulsado se quede en el propio centro y pueda ser atendido en un aula cedida por el instituto, en vez de irse a casa.