Sin embargo, tal y como manifestaron todos los concejales de los demás grupos políticos, en ningún momento se tuvo en cuenta la opinión de las demás fuerzas democráticas. En este sentido, Francisco José Gallarín, alcalde de La Carolina, señala: “Estamos completamente de acuerdo en que hay que realizar los cambios y, además, muchas de las proposiciones en cuanto a los nuevos nombres nos parecen correctas y adecuadas, pero, tal y como señala la propia ley, en la que aparece hasta 8 veces la palabra consenso, estos cambios deben ser consensuados”.
En este sentido, las tres fuerzas políticas restantes votaron en contra por considerar “que esta es una imposición del PSOE que sólo llega con intención de crear conflictos, ya que se han reunido con las familias antes de informar al resto de los representantes democráticos de La Carolina”.
Gallarín, añade, además, “que es necesario un estudio del callejero porque algunas de las calles propuestas para el cambio como, por ejemplo, Ruiz de Alda, no entran dentro de los supuestos planteados por la Ley”. Concluye, por tanto, “que la propuesta se ha hecho sólo con fines electorales, mal y rápido, ya que, mientras ellos gobernaron, tuvieron más de año y medio para realizar estos cambios y no se hicieron y, ahora, pretenden imponer unos nombres sin el democrático debate previo y con el agravante de informar a las familias de sus candidatos sin saber si, finalmente, estos van a ser los beneficiarios”.
Como consecuencia, todos los grupos, a excepción del PSOE, aprobaron la creación de una comisión en la que los nuevos nombres sean elegidos, democráticamente y de forma participativa, por los representantes de todos los carolinenses, y no sólo de un sector del municipio.
