Finalizada la vendimia hace unos días, desde la Asociación de Agricultores del Fontanal han emitido un comunicado con el que quieren hacer hincapié en "la falta de relevo generacional que vemos en el campo chiclanero".
Este año la Cooperativa Agrícola Chiclanera (Coagrichi) con viñas en el término municipal de Puerto Real se ha incorporado como socio a la Cooperativa Unión de Viticultores Chiclaneros, lo que ha fortalecido el movimiento cooperativista que iniciara el padre Salado a comienzos del siglo pasado. Además en los últimos años se han incorporado algunos jóvenes, por lo que entre ambas circunstancias "el patrimonio vitivinícola a corto-medio plazo está garantizado, pero no a largo plazo, y de ahí nuestra preocupación", señalan desde la entidad.
El Fontanal entiende que "de siempre, los dos pilares fundamentales de identidad gastronómica de nuestro pueblo fueron el atún -Almadraba de Sancti-Petri-, y el vino, y toda su cultura en torno a las viñas y bodegas. Se nos fue el atún y no podemos dejar que se pierda también el vino como identidad cultural, social y económica".
"No queremos terminar sin antes destacar con sólidos argumentos la calidad de los vinos que se elaboran en nuestro pueblo, debido a su peculiar enclave geográfico", indican.
Y, para ello, desde la asociación esgrimen que "por un lado estamos ubicados en la zona sur de la Denominación de Origen Jerez-Sherry, esto se traduce en que nos afecta más el viento de Levante que al resto de los municipios. El Levante reseca, hace disminuir la humedad, y por tanto digamos que le hace la vida más difícil a los hongos del viñedo. Hace un par de años hubo una plaga tremenda de mildiu en la zona norte del Marco, y aquí sin embargo no afectó. ¡Claro! Al afectar menos los hongos, también hay que aplicar menos tratamientos, y por tanto la uva va a tener menos residuos fitosanitarios, digamos que la uva va a ser más ecológica. Así pues, la calidad sanitaria de nuestra uva es tremenda, como contrapartida, cuando el Levante viene huracanado tira muchos racimos al suelo al igual que en los demás árboles frutales, pero la calidad sanitaria es buenísima".
Por otro lado, "ya en bodega, nuestra cercanía al mar hace que el clima sea más suave en cuanto a las temperaturas se refiere. Y esto se traduce en que la crianza biológica del vino, la madre que nosotros llamamos, esté activa durante más días al cabo del año. Vamos a explicarlo de otro modo: el índice de continentalidad es mínimo aquí en Chiclana en comparación con otros municipios más al interior donde este índice aumenta. Es decir, cuando aquí hace calor, más al interior hace más calor, y lo mismo ocurre con el frío, así es que a mayor índice de continentalidad menor actividad microbiológica del vino".
Por todo ello, finaliza la asociación señalando que "no nos hartaremos de decir que la calidad de nuestros vinos es excelente, y que nuestra generación tiene la obligación moral de que no dejemos caer un sector tan arraigado y emblemático para nuestra ciudad. ¡Y si no! Qué se van a llevar los numerosos turistas que nos visitan, que mejor regalo que el único producto agrícola que hace amigos: el vino".
Chiclana
La Asociación El Fontanal reclama un "relevo generacional" en el campo
La entidad de agricultores indica que el patrimonio vitivinícola de Chiclana está garantizado a corto-medio plazo, pero no a largo plazo.
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