Necesitaba angustiosamente un triunfo el Mad-Croc Fuenlabrada después de encadenar dos derrotas consecutivas que lo situaron en la zona de descenso. Y lo consiguió hoy ante el Blancos de Rueda Valladolid (84-74), en un encuentro en el que brilló especialmente el ala-pívot estadounidense Robert Kurz.
Fiel a lo repetido por el técnico fuenlabreño, Trifon Poch, en el transcurso de la semana, entró el equipo naranja muy motivado en el partido, con una marcha más que el Valladolid, que no encontraba la forma de frenar las embestidas de los madrileños.
El parcial de 11-2 en los minutos iniciales daba idea del tipo de partido que tenía en mente el Fuenlabrada: agresivo en ataque y aguerrido en defensa.
Los de Poch volvieron a demostrar una gran fortaleza en el tiro exterior (4 de 7 en los primeros diez minutos); y fue un magistral triple de Kurz en el último segundo lo que cerró el cuarto inicial, con una ventaja de once puntos para los madrileños (26-15, m.10).
Tras la reanudación, los locales no pudieron mantener el fuerte ritmo impuesto al comienzo y se mostraron muy erráticos desde la línea de 6,25 (0 de 5).
La gran superioridad reboteadora de los naranjas (20 del Fuenlabrada por 12 del Valladolid) y las segundas jugadas permitieron a los madrileños mantener la diferencia el marcador, que se acortó hasta los diez puntos (40-30, m.20).
El descanso pareció despertar a ambos equipos y a un Mou Sené que, por fin, pareció dar muestras de la calidad que atesora. Una gran bandeja y un espectacular tapón levantaron a los aficionados que llenaban el Fernando Martín.
La igualdad y el intercambio de canastas entre ambos conjuntos fue la tónica dominante en el tercer cuarto; en unos diez minutos en los que el alero ucraniano Sergii Gladyr dio el susto al retirarse cojeando.
Pese a las embestidas de los pucelanos, el Fuenlabrada respondió a cada punto y ambos equipos enfilaron el último cuarto con un 58-49 en el electrónico.
Los nueve puntos de diferencia no eran garantía de éxito y el miedo al último cuarto se palpaba entre los aficionados naranjas, que conocían de sobra como su equipo se desinflaba en los instantes finales de los encuentros.
Si bien el Valladolid se acercó hasta los cuatro puntos, los de Poch respondieron con dos triples consecutivos, obra de Cortaberría y Colom, que restauraron la diferencia entre los dos equipos.
En un encuentro muy completo por parte de los de Poch, con cinco jugadores superando la decena de puntos de valoración, brilló por encima del resto el estadounidense Robert Kurz. El ala-pívot, cuajó un encuentro excelente, con 19 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 29 de valoración.
La victoria de los madrileños, unida a la derrota del Lagun Aro, rival directo por evitar el descenso, frente al Caja Laboral, da un balón de oxígeno a los de Poch, que se despegan ligeramente del descenso.