La derrota frente al Atlético de Madrid deja muy tocado al vestuario sevillista, que comienza a ver como se alejan las opciones de jugar en Europa la próxima temporada. El duelo era vital. Ganar era la única opción para seguir más que vivos en la lucha por el objetivo de la entidad, y más aún cuando Nervión hasta la fecha era un auténtico fortín. Cierto es que enfrente se exponía el tercer mejor equipo del país, el de los Falcao y compañía. Pero pocas excusas existen para razonar el planteamiento ultradefensivo de un equipo que se jugaba el todo por el nada.
Así es sencillo comprender como la única ocasión de gol que tuvo el Sevilla antes del tanto del ‘tigre’ llegó en un cabezazo de Coke en un saque de esquina. Es decir, si el máximo goleador nacional, Álvaro Negredo, no aparece en boca de gol hasta el minuto 86 es que algo no ha funcionado como debiese. Un equipo que en los siete triunfos anteriores en Nervión había anotado 18 tantos. O lo que es lo mismo, 2 goles y medio por encuentro.
Pero la realidad se distorsionó el domingo. Saltaban al césped los 22 futbolistas y cuanto menos llamó la atención los cinco defensores que Unai Emery plantó de inicio. Coke, Botía, Cala, Navarro y Alberto Moreno. Once inédito visto lo visto en los duelos anteriores. La realidad a la que se enfrentaba había cambiado los planes nuevamente al técnico vasco, tal y como fue catalogado una y otra vez en Valencia.
Es la psicología de un entrenador que ciertamente suele cumplir con sus objetivos más regulares, pero que cuando se enfrenta cuerpo a cuerpo al abismo casi siempre termina cayendo como presa del pánico ante los grandes.
Sin ir más lejos, desde que comanda el vestuario nervionense, Unai ha obtenido 1 empate copero y en casa frente al propio Atleti, dos derrotas (una en la Copa y otra la de la Liga) frente a los de Simeone, y también derrotas en sus visitas al Bernabéu y al Camp Nou.
Además, es curioso como este cambio de esquemas siempre los ofrece ante estos equipos. En la Liga frente al Madrid optó por sacar a tres mediocentros defensivos (Maduro, Medel y Kondogbia) para secar la creación blanca. Al final cayó 4-1. En las semifinales coperas en el Calderón ídem de lo mismo. Incluso, borró el flanco izquierdo para también situar a Rakitic. De poco le sirvió. Perdió 2-1. Y lo del pasado domingo no es más que el fiel reflejo de lo que suele acontecer cuando Emery se enfrenta a su mayor miedo, el de los partidos importantes.
La situación del míster no es de ahora. En su etapa ché apenas ganó a los Madrid, Barça o Atlético. Incluso en las eliminatorias de Champions, Europa League y Copa de Rey solía caer por motivos similares.
Por lo tanto, a pesar de haber despertado del letargo a un Sevilla que cogió casi derrumbado, Emery tiene el hándicap de pinchar excesivamente en los momentos claves. Todo ello sin olvidar el nivel medio de una plantilla que tampoco ofrece muestras de mucho más.
26 derrotas en su haber
Hasta en 45 ocasiones Emery se ha enfrentado a Barça, Madrid o Atleti como entrenador y en más de un 50% de estos duelos el vasco salió derrotado.
0 puntos con el sevilla
En su etapa en Nervión ya se ha enfrentado con los tres grandes. Ante Madrid y Barça a domicilio y con el Atleti en casa. No ha obtenido ni un solo punto.
