Dice el rico dice refranero español que lo que mal empieza, mal acaba. Sirva esta primera jornada como aviso para navegantes, pues la campaña del Club Baloncesto Sevilla se antoja ardua y compleja, tal y como se los acontecimientos han ido mostrando durante las últimas dos semanas, en las que la actualidad de la entidad hispalense se ha movido más en torno a temas burocráticas, más que en los puramente deportivos.
Cerca de dos mil asistentes se dieron cita en San Pablo el sábado para ver el estreno de su equipo en la Liga Endesa; y no se llevaron la mejor impresión, tras la derrota cosechada ante el Iberostar Tenerife.
El nuevo proyecto comandado por Jefferson Capital, el grupo inversor que se convertía en propietario del club sevillano allá por el mes de junio, empezó sembrando ciertas dudas en su presentación y desde luego, en cuanto a la planificación de la temporada se refiere, ha comenzado el curso 2014/2015 con una sensación de incertidumbre en el funcionamiento del bloque a pie de pista y conflictos de índole administrativo que su organigrama ejecutivo no ha sabido aún resolver.
De ahí que fuese Audie Norris, técnico ayudante de Scott Roth, quien tuvo que ejercer de primer entrenador, ante la negativa de la ACB de concederle la licencia a este último como preparador principal.
En suma, otro de los fichajes para este año, Dane Watts, fue descartado al no efectuar a tiempo la gestión para que el jugador obtuviese el pasaporte comunitario. Habrá que aportar soluciones desde ya.
