Los futbolistas del Cádiz CF están tocados moralmente por los malos resultados, como la afición, sufridora y cargada de palos en los últimos años.
Pero algunos energúmenos, que ni mucho menos merecen ser llamados ni cadistas ni aficionados al fútbol, han pagado su frutración con los vehículos de los futbolistas.
Como cada vez que se parte de viaje en autobús, los jugadores se citan en El Rosal, donde dejan sus vehículos particulares hasta el regreso de la expedición. Esta vez no fue menos, pero algunos indeseables consideraron divertido acercarse a las instalaciones para pintar los coches con insultos.
Sin duda, se trata de un hecho lamentable que se ha denunciado, aunque no se tienen todavía pistas sobre los posibles autores.