Quinto año consecutivo de esta chirigota que vino con la intención de pasarlo bien y ganar experiencia.
Vinieron con un tipo repleto de desconfiados, tanto que llevan el pito de carnaval pegado con cinta en la mano para que no se les olvide.
En los pasodobles, el primero para el tema de Cataluña y el supuesto adoctrinamiento que hay en las escueslas catalanas. El segundo, al calor y cariño de una madre.
Cuplés escasos de gracias, aunque el público enloquece, se nota que hay mucho emeritense entre ellos.
Pase correcto pero sin futuro en este COAC 2018.