Un año y unos tres meses ha durado Carlos Baturone como Intendente Mayor de la Policía Local antes de ser cesado, este jueves, por El Ayuntamiento de El Puerto. La misión desde luego no era sencilla ni para la persona más cualificada del mundo. El Puerto, en materia de seguridad, es para muchos un caso perdido. La cosa viene de lejos, conflicto siempre ha existido. Gobernara el color que gobernase. Aunque, lo cierto es que las aguas en vez de calmarse se han agitado aún más con el paso del tiempo; y por qué no decirlo el paso de la concejala de Seguridad, Marina Peris, que digamos, no ha ayudado. Una situación que sufre, principalmente la ciudadanía y que ha dado para largo: caretas, reproches, monigotes, acusaciones, problemas con el uniforme... Una tensión que ha ido a más, y que llenaba titulares incluso en la prensa nacional donde se podía leer “la policía sin pantalones”.
Una situación difícil de gestionar, con una guerra abierta dentro y fuera de la Policía. Dentro, dos bandos: los policías que pertenecen al sindicato de UPBLA y los que no. Fuera de jefatura, UPBLA y el PP. Un sindicato que acusaba al alcalde de mentiroso, entre otras muchas cosas, y un alcalde que acusaba al sindicato de ejercer una campaña de acoso y derribo hacia su persona. Y en medio, Baturone para limar asperezas imposibles. Así, difícil cumplir las expectativas. Aunque batallas más difíciles se han ganado.
No fue posible poner fin a la confrontación
No era la primera vez que Carlos Rodríguez Baturone estaba a cargo de la seguridad de El Puerto. A finales de los 90, estuvo destinado como teniente jefe de línea de la Guardia Civil. Treinta años después, tomaba posesión como Intendente Mayor de la Policía Local en el Salón Regio del Ayuntamiento. Un acto, presidido por el alcalde Germán Beardo, al que asistían distintas autoridades civiles y militares.
Con una larga experiencia en la Benemérita, antes de incorporarse a la Comandancia de Las Palmas, Carlos Rodríguez estuvo destinado cuatro años en la embajada de Nuakchot, en Mauritania, e integrado en la Policía Judicial en Melilla. Galardonado con la medalla al mérito de la Protección Civil durante su etapa en Canarias, Baturone cuenta con formación universitaria sobre criminalística y de seguridad. Cualidades y características que lo hacían a priori el perfecto Intendente Mayor. Un nombramiento, por libre designación, que al final no tuvo el resultado que se esperaba; poner fin a la confrontación, que muy a su pesar y el de todos ha ido a más con el paso de los días en el servicio municipal, desde que la Jefatura quedase en manos del intendente Rafael Muñoz Leonisio y jurase el cargo la concejala Marina Peris que tampoco volverá a estar en la corporación municipal. Toca esperar el nombre del próximo Intendente Mayor y si será posible zanjar algún día este conflicto.
