El concejal de Cultura del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Millán Alegre, ha presentado la pieza del mes de agosto en el Museo Hospitalito, que es una Estela del Bronce. Millán Alegre ha estado acompañado por el Director del Museo Municipal, Javier Maldonado, y por el arqueólogo José Antonio Ruiz Gil, de la Universidad de Cádiz; al que el edil de Cultura ha agradecido su continua colaboración con el Museo Municipal.
Alegre anuncia que en esta ocasión se trata de una estela que estaba guardada en los almacenes del Museo y que se ha decidido exponer permanentemente, dado su interés.
El concejal de Cultura ha invitado a portuenses y a visitantes a que vengan a la sede del Hospitalito del Museo Municipal de nuestra ciudad a conocer esta interesante pieza, así como su colección permanente y la exposición temporal que tenemos sobre Maquetas artesanales de barcos históricos de Ramón Serrano Flores. Igualmente ha recordado los horarios de apertura del Museo Municipal, que se amplían en verano a los jueves por la tarde, para dar más posibilidades de visitar los fondos museísticos.
Esta pieza del mes y el Museo, en las dos sedes, abren de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 horas; los sábados y domingos, de 11.00 a 14.00 horas; y durante el verano, también abre los jueves por la tarde, de 19.00 a 21.000 horas. José Antonio Ruiz Gil ha explicado que se trata de una laja romboidal de unos 600 kilos de peso, que presenta dos caras y que data de la edad del Bronce.
El arqueólogo de la Universidad de Cádiz ha destacado que esta estela está labrada en arenisca de la Sierra de San Cristóbal, a unos 10 kilómetros, hallada en las actividades arqueológicas de 1997 en Pocito Chico. Justamente en el lindero entre las fincas Las Animas y Medina, en la loma de Grañina.
La cara menor estaba orientada al oeste, y se encontraba enhiesta y perfectamente trabada con piedras. Las huellas del enterramiento se observan en los carbonatos de cal de la zona inferior de la pieza. En los cantos se observan las marcas oblicuas dejadas por los cordajes utilizados en el transporte y extracción. Por la cara mayor se observan una serie de cazoletas o concavidades y una cuña alargada y puntiaguda (interpretada por los profesores Balbín y Bueno como “pulidor” o polissoir de trabajos especializados.
La cara menor fue publicada como grabado: en el eje mayor de la piedra y centrado, aparece una figura humana femenina, a tenor del sexo marcado con forma triangular invertida. A la izquierda de la fémina se encuentra una maraña –esquematización de una red- y en el lado derecho vemos un conjunto de líneas alargadas entrecruzadas que se interpretó como vegetal- rayiforme. Este grabado esquemático infunde un claro mensaje simbólico.
La interpretación que se hizo por José Antonio Ruiz y por el arqueólogo del Museo Municipal, Juan José López, se apoyó en el antropólogo J. G. Frazer: hay una relación entre la imagen femenina y el rayiforme, ya que la representación antropomorfa implica el culto al árbol. La red se relaciona con el trabajo humano de la recolección.
En definitiva, sería un hito en los ritos de paso de la muerte y reviviscencia de la vegetación.