Lo ha logrado. El sevillano Pablo Torres acaba de conseguir el primer objetivo de la regata oceánica Mini Transat 2017, que no era otro que conseguir el pasaporte para estar en la línea de salida el próximo 1 de octubre.
Para ello necesitaba completar 200 millas más de navegación en solitario con su barco mini, Bicho 2, y es lo que acaba de hacer participando y terminando el Trofeo Marie Agnes Peron, en total 220 millas desde la salida en la localidad francesa de Douarnenez.
Este último reto comenzaba antes de la regata para este joven que hace en solitario mucho más que navegar. Tras llegar con su barco a remolque después de viajar muchas horas, el regatista del CN Puerto Sherry tendría que superar con éxito las pruebas previas de estabilidad y seguridad, entre otras, “que dan mucho trabajo a bordo en los preparativos”, lo que como él mismo nos cuenta le quito tiempo para otras cosas importantes, “son pruebas muy exigentes y eso me dejo sin tiempo de completar la preparación en cuanto a la navegación en sí, del estrés de que me pillará el toro pasé a apretar los dientes y centrarme en acabar la regata para clasificarnos de una vez”.
Respecto al resultado y con el objetivo principal en la mano, Torres como buen deportista se muestra crítico consigo mismo, “El resultado es más bien regular (13º entre los prototipos y 31º en la general), me habría gustado quedar un poco mejor pero también es verdad que tuve algunos problemas a bordo y bueno, he conseguido la clasificación, ahora toca hacer balance y repasar todo lo que ha ocurrido para no caer en los mismos errores”.
La salida del Trofeo Marie Agnes Peron se daba con viento de tierra de 20 nudos de intensidad muy racheado. Las dificultades comenzaban ya en la baliza de desmarque con un primer problema con el rizo de las velas que le hacía perder bastantes posiciones.
Sin embargo, el andaluz logra solucionarlo y meterse de nuevo en la regata con el viento subiendo a 30 nudos de intensidad. Sumando millas y descansando a ratos, Torres estaba contento “el barco corre y empiezo a remontar”.
Es el momento de aplicar lo aprendido en la anterior experiencia, “En esta regata he aplicado lo aprendido en la anterior, entre otras cosas, a poner a ratos el piloto automático para descansar y comer”. Cuando llegó la primera noche, Pablo ya estaba tranquilo y todo funcionaba bien, “parece que voy acortando el tiempo de adaptación al estar subido en un mini”.
A partir de ahí, la crónica de su regata habla de buenas decisiones tácticas, de viradas muy comprometidas, y también muchos malos ratos, de barco desbocado y miedo con olas de tamaño mucho mayor del recomendable, pero el sevillano está contento, “El barco cada vez va mejor y mi vida a bordo en regata también”.
A estas horas, el deportista regresa con su barco Bicho 2 a su base en el puerto deportivo de Puerto Sherry tras tomar la decisión de no realizar la Mini Fasnet, regata de 600 millas A Dos que en un principio pensaba realizar junto a uno de sus grandes referentes, Manuel Murube, “he decidido no hacerla, lo más inteligente es seguir con la preparación del barco y seguir con mis entrenamientos”. No en vano, vuelve con un cuaderno lleno de anotaciones, “con cosas por mejorar y repasar, hay muchos detalles en los que trabajar para llegar tranquilo a la próxima regata y pensar sólo en la estrategia”.