El juez ha acabado con el show. Así es, el caso Apemsa ya no es tan caso y las vidas de los denunciados vuelve a la tranquilidad. Es decir, ni Moresco, ni Candón, ni Pérez, ni Montero ni Cauqui cometieron delito alguno ni acción punible.
A partir de ahora, en vez de caso Apemsa, deberíamos hablar del caso Clavero o, si lo prefieren, el caso Cortabarría o caso Calzado, porque hasta la fecha son los únicos condenados de todo este proceso.
Está claro que en esta acusación de la plataforma Apemsa no se vende apoyada, jaleada, aplaudida y secundada por PSOE, IU y Levantemos no pretendía la reposición de una posible merma de caudales públicos, sino una mera tortura política aprovechando el clima nacional.
Los acusadores querían imponer sus ideas a base de caceroladas y pancartas y se olvidaron de que era necesario acusar con pruebas y la verdad.
Los denunciados, y muchos más que estaban a su lado, han tenido que aguantar estos años desde escraches en sus casas a insultos, vulneraciones de honor, amenazas, y han tenido que aguantar a mucho mamarracho y mamarracha gritón y gritona, peticiones de dimisión…
Y ojalá me equivoque, pero me temo que no habrá una sola rectificación ni una sola disculpa pública ni privada. El ego de Clavero y compañía no les permite decir a los ciudadanos que su denuncia carecía de fundamento y que ninguna de sus acusaciones era cierta.
Y mucho menos después de que, cosas de la vida, sean precisamente ellos los únicos que, hasta el momento, han sido condenados por el juez por vulneración del honor del anterior consejero delegado.
PSOE, IU y Podemos pidieron la dimisión de Candón como diputado por este caso. ¿Y ahora qué? ¿Y si por presión hubiera dimitido? ¿Qué hacíamos ahora? ¿Serán capaces De La Encina, Fernández o Teresa Rodríguez de reconocer que se equivocaron, de que se precipitaron a jugar a jueces y no fueron capaces de respetar la presunción de inocencia?
Este país ha perdido el norte. Mucha culpa de ello la tienen desde luego muchos políticos que, con sus ilícitas actuaciones, han hecho perder la paciencia los españoles pero ni los políticos, ni los ciudadanos, ni los medios de comunicación deberían olvidar nunca que la presunción de inocencia es básica para preservar los derechos de los ciudadanos.
Que la plataforma Apemsa no se vende, o el Foro Social o Podemos, que para el caso son lo mismo, griten, denuncien, se manifiesten, insulten o hagan pancartas o encierros en los ayuntamientos no les da la razón y para prueba este auto del juez. Señor Clavero, señor Hiniesta y club de fans (y lo de señores va por el educado cumplido) dejen de pontificar cada vez que hablan de este tema porque por muy catedráticos que se crean de las vidas del cielo y de la tierra, la realidad es que no han contado una verdad. Y a los políticos que les aplaudieron, bájense del pedestal, quítense las pegatinas y pidan disculpas.