La semana acaba tras unos días de una incertidumbre lógica tras la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que dictamina tumbar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), todo un jarro de agua fría tras las noticias que auguraban inversiones sobre la ciudad y con un sin fin de proyectos abiertos que bien pudieran tirar de un plumazo todo lo adelantado. Este “varapalo”, tal y como lo han definido Gobierno y oposición, reabre un plan urbanístico más actual y mucho más provechoso para la ciudad.
Dentro del mal y de la incertidumbre que se crea ante un horizonte ni controlable ni deseable, significativamente, todas las fuerzas políticas y civiles han reaccionado y en un ejercicio de responsabilidad del que nos alegramos y brindamos, se han puesto todos para enderezar el rumbo y apostar decididamente en ayudar y aportar en todo cuanto esté de su mano para apoyar y subsanar el entuerto.
Nos alegra sobremanera que en una desgracia como la que se nos presenta, las fuerzas vivas de El Puerto den un paso adelante y sin fisuras y estén dispuestos a formar un bloque compacto y fuerte para afrontar un “reto”, como ha descrito el alcalde. Nos jugamos nuestro futuro y lo más crucial, el futuro de nuestros hijos y nietos.
La ciudad, el dibujo de ésta, está por plasmarse por lo que las decisiones que se tomen a partir de ahora será vital para la ciudad que dejaremos en un tiempo venidero.
De ahí, que sin importar colores políticos ni intereses personales, la ciudad ha reaccionado y todos a una han cogido el toro por los cuernos para salir victoriosos del daño. Ahora no es el momento de buscar culpables ni recordar avisos, es el momento de aunar más fuerza y hacer del PGOU un renacer y un modelo a continuar.