Sin prisas pero sin pausa. El Puerto se dispone para su particular desescalada después de alcanzar los mejores registros a nivel andaluz en cuanto a víctimas mortales y contagios se refiere en ciudades grandes. La población acoge otra semana más la desescalada a la espera del lunes, cuando se abran las terrazas de los comercios y la posibilidad de visitar a amigos y familiares.
Al aspecto afectivo y a la importancia de desestresar a la población, los comercios esperan como agua de mayo, nunca mejor dicho, la incentivación de la economía y poner por el fin al cierre de tiendas y comercios. No será fácil recuperar ni las sensaciones ni los ingresos anteriores.
No es menos cierto que El Puerto necesita de la reactivación comercial de sus negocios, pero también la ciudad necesita de que se siga haciendo todo lo marcado tanto por las autoridades sanitarias como por el Gobierno y el Ayuntamiento portuense. Correr para desandar lo andado es un peligro que nos podemos permitir. Es ahí que el compromiso de todos juegue la principal baza para voltear la situación actual. Quitar hierro a la pandemia es un asunto muy peligroso, ya lo hemos sufrido en nuestras carnes ante el buenismo del Gobierno de Sánchez e Iglesias.
La apertura de comercios vendrá bien tanto para los comerciantes, como a empresarios, como para también la propia ciudadanía y ésta debe ser responsable, para que en puertas del verano, la economía no naufrague más de lo que ya lo viene haciendo. El mejor síntoma de que la ciudad se acondiciona y está dispuesta para la llegada de la época estival, es que sus playas empiezan a estar ya prácticamente acondicionadas para el baño. Entramos en un tiempo en el que nos jugamos buena parte de seguir buscando la salida y salir airoso de este entuerto. Responsabilidad.
