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Escrito en el metro

Smarteando

Hoy es lo Smart lo que vende, en el mundo del marketing saben bien que aun somos lo suficientemente paletos como para que los anglicismos nos seduzcan

Publicado: 01/04/2019 ·
12:10
· Actualizado: 01/04/2019 · 12:11
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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En las últimas décadas se han ido sucediendo prefijos para prestigiar una marca, un producto o una actividad, que incorporaban un valor añadido que redundaba en el bolsillo de los consumidores o usuarios. Tuvimos una época en que todo lo moderno era neo o post, para desvincularlo de la pesada herencia de la mitad del siglo pasado. Hoy parece que se va superando el tiempo en que lo correcto era consumir todo lo que fuese preludiado con bio o eco, aunque en muchos casos la huella ecológica o los efectos secundarios sobre la salud de dichos artículos dejaban mucho que desear sobre sus preconizadas bondades. Hoy es lo Smart lo que vende, en el mundo del marketing saben bien que aun somos lo suficientemente paletos como para que los anglicismos nos seduzcan. Con ello se quiere enfatizar en que ante nosotros tenemos algo que se ha hecho con inteligencia o, peor aún, que el producto es capaz de pensar por nosotros. La procacidad en nombrar algo como Smart lleva a llamativas tautologías. Desde hace unos años se han prodigado en las Universidades de todo el mundo los Smart Campus, y la que no lo poseyera era minusvalorada en los rankings internacionales. La relevancia está en que ya por Campus se entendía un territorio de inteligencia, eso sí en latín, una lengua muerta ignota para los tecnócratas. La Naturaleza es sabia decimos y es fácil aplicar que los ecosistemas son Smart. Si un temporal de levante se lleva por delante la arena de la playa es más fácil deducir que su inteligencia malévola quiere arruinar la base de nuestra economía, el turismo. Pero en realidad esto es lo más natural del mundo y lo que ha carecido del mínimo de inteligencia es como hemos realizado la planificación del litoral, más aun conocedores ya de cómo se verá afectado en el futuro. Restañar los daños causados tendrá que ser soportado por todos, porque no hay aseguradora que los proteja. Cajal acuñó una metáfora en la que afirmaba que el cerebro humano es como una máquina de acuñar monedas, si echas en ella metal impuro, obtendrás escoria, si echas oro, obtendrás moneda de ley. No tardaremos en ver oxímoron como los Smart Chiringuitos.

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