La Semana Santa ha dejado un repunte en los indicadores de trasmisión de la covid con un aumento de la incidencia en los mayores de 60 años, ya en los 555 casos y en "riesgo muy alto", lo que ha llevado a comunidades como Asturias y Cantabria a plantear la posibilidad de volver a aplicar medidas de contención y a recomendar el uso del cubrebocas.
Mientras España camina a la ansiada normalidad tras seguir la estela de otros países europeos en la retirada de la mascarilla, salvo en los supuestos que contempla la ley, los indicadores covid están experimentando cierto aumento, aunque no repercute en la ocupación hospitalaria: solo ha crecido levemente en planta (4,9 %) y sigue descendiendo en las unidades de cuidados intensivos de la mayor parte de los territorios, con una media del 3,7 %.
Los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que la incidencia a 14 días en los mayores de 60 años supera ya los 500 casos y a 7 días; sobre el comportamiento de la curva epidemiológica en la última semana, alcanza los 260 puntos, por lo que ambos casos la tasa de contagios se sitúa en "riesgo muy alto", como establece el semáforo covid.
La mayor trasmisión la tienen los mayores de 80 años, con una incidencia acumulada de 731 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que alcanza los 443 casos de 60 a 69 años y los 583 de 70 a 79.
Las comunidades que siguen realizando, de forma opcional, pruebas a la población general arrojan más de 10.000 infecciones nuevas cada día en España: 123.822 en los últimos 10 días; es decir, desde el martes previo a la Semana Santa.
Y es que se trata de un repunte previsto por expertos y autoridades sanitarias, en línea con las celebraciones y relajación de los ciudadanos en los períodos estivales, pero en este especialmente, ya que ha sido la primera Semana Santa, aunque aún con mascarilla, más parecida a la normalidad de antes de la pandemia.
En este contexto, el Gobierno cántabro ha sostenido que implementará medidas en función de cómo evolucionen los casos de coronavirus para evitar su impacto en los centros hospitalarios de la comunidad, mientras que su presidente, Miguel Ángel Revilla, ha pedido llevar la mascarilla donde "haya gente", porque "el virus sigue ahí".
El de Asturias, la primera comunidad en recelar por el aumento de los contagios, ha asegurado que la recomendación de mantener el uso de mascarillas en interiores responde a un principio de "prudencia, responsabilidad y sentido común", tras haber entrado la comunidad "en riesgo alto" por los indicadores de ocupación hospitalaria, una medida que confía en que se prologue durante "pocos días o semanas".
El Principado ampliará, además, la realización de pruebas diagnósticas para detectar la covid-19 en personas menores de 60 años a partir del criterio de los médicos que los atiendan, una posibilidad hasta ahora restringida, en aplicación de la vigente estrategia contra la pandemia, a los mayores de esa edad, pacientes inmunodeprimidos y personal sanitario y de residencias.
Sin embargo, el panorama en las residencias sigue siendo favorable, ya que los datos del Imserso apuntan a que los nuevos casos y muertes siguen en descenso. Así, se ha pasado de los 4.116 positivos (de hace dos semanas) a los 3.950 y de los 63 fallecidos a los 62.
Detrás de los nuevos contagios está la variante BA.2 de ómicron con un nivel de expansión, según los datos de Sanidad, que va desde el 59 % hasta el 96,8 %, en función del territorio. Mientras que los primeros casos de la nueva variante XE fueron detectados en España a partir del 7 de marzo, con un total de, al menos, 5 hasta el momento.
Según los expertos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la nueva variante, descubierta el 19 de enero en el Reino Unido, está creciendo en Europa pero sin revestir, por ahora, mayor gravedad. Los primeros estudios apuntan a que esta variante, fruto de la recombinación de los linajes BA.1. y BA.2 de ómicron, tiene un 10 % más de trasmisibilidad.
Sin embargo, no han sonado las alarmas en los países europeos por su expansión, que ha coincidido con la retirada de medidas anticovid y la mascarilla, algo que se ha ido produciendo desde principios de marzo.
Esta semana, en una entrevista con EFE, el jefe de Microbiología del hospital madrileño Ramón y Cajal, Rafael Cantón, ha explicado que el hecho de que la XE sea "muy transmisible no quiere decir que sea más severa clínicamente", aunque todavía no hay informes concluyentes.
Ha advertido que el coronavirus "no ha dejado de evolucionar" y, sobre la situación actual de los contagios, ha recordado que "estamos en un valle, no hay que bajar la guardia" ante nuevas variantes.