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España

"Es la ideología, estúpidos"

El debate sobre empleo sirvió para que el gobierno de Zoido se retratara ideológica-mente y abandonara su calculada ambigüedad

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  • Patio Bandera -
“Es cierto que , en una coyuntura como la que vivimos, los temas que requieren una solución prioritaria se agolpan ante nuestra puerta, pero si tuviéramos que destacar la máxima prioridad creo que ninguno dudaríamos en señalar la lucha contra el desempleo como objetivo último y cierto. Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y sus familias…..”

Las palabras referidas al drama del paro en un país con 5 millones de desempleados fueron uno de los ejes del mensaje navideño del Rey en Nochebuena, cuya precuela, salvando obviamente las distancias, fue el Pleno extraordinario sobre el empleo celebrado en la antevíspera en el Ayuntamiento de Sevilla.

A pesar de que Zoido se ha presentado a sí mismo ante los sevillanos como el alcalde del empleo, lo cierto es que su gobierno nunca se planteó la celebración de un pleno monográfico sobre el problema número uno de la ciudad -más de 82.000 parados- y que únicamente por ‘el imperativo legal’ de la suma de votos de los partidos de la oposición fueron convocados los 33 ediles en el prólogo de la Navidad.

Recetas de la oposición


IU, promotora de la iniciativa del Pleno extraordinario, y PSOE plantearon fundamentalmente dos grandes propuestas contra el paro:

1) Un plan de choque dotado con 15 millones de euros para contratar durante seis meses, y por una remuneración de 900 euros, a 3.000 parados de larga duración que han perdido ya la prestación por desempleo. Estos parados se dedicarían a la rehabilitación de viviendas en mal estado -las comunidades de propietarios aportarían los materiales constructivos-, a la atención a domicilio de personas mayores e impedidas y a la realización de actividades extraescolares.

2) Poner el Plan General de Ordenación Urbana al servicio de la creación de empleo desarrollando cuanto antes los suelos productivos -13 millones de m2- previstos en sitios como Palmas Altas, el puerto, el Higuerón y la isla de la Cartuja, así como reactivando el paralizado Plan de la Vivienda para la construcción de VPO.

El gobierno de la mayoría absoluta de Zoido, con sus 20 concejales, rechazó las grandes propuestas de la oposición, y sólo su fragmentación por partes permitió luego que se aprobaran por unanimidad algunas iniciativas, como la de que no se recorten los fondos municipales dedicados a las políticas activas de empleo durante el año 2012.

Retrato ideológico

El debate sirvió al menos para que se visualizaran dos modelos opuestos de política económica y para que, por fin, el gobierno de Zoido se retratara ideológicamente y abandonara la calculada ambigüedad que había mantenido durante la campaña electoral con el fin de no espantar a potenciales votantes de centroizquierda desencantados con la gestión de Monteseirín y de su aliado Torrijos. Sí, porque el delegado que dice carecer de competencias al respecto pese a denominarse en primer lugar de Empleo -y luego de Economía, Fiestas Mayores y Turismo-, Gregorio Serrano, confesó que el PP rechazaba las medidas propuestas por la Oposición “por motivos de carácter ideológico”. Imitando al asesor de Bill Clinton, que le espetó al entonces candidato presidencial por los demócratas de EEUU aquello de “es la economía, estúpido”, Serrano ha centrado el problema en otra frase equivalente: “es la ideología, estúpidos”.

Así pues, el PP local, que hasta ahora se alineaba con las tesis de uno de los ‘siete magníficos’ fundadores de AP, Gonzalo Fernández de la Mora, sobre ‘el crepúsculo de las ideologías’, y Zoido, que sostenía que él no era de derechas ni de izquierdas, sino sólo de Sevilla, han acabado reconociendo que se guían por una ideología que, obviamente, no es de izquierdas. Tan respetable es ser de izquierdas como de derechas, al igual que cualquier otro pensamiento político que no vulnere los principios democráticos y encaje en la Constitución que nos hemos dado los españoles. Lo objetable es que, por mero interés electoralista, Zoido y su equipo de campaña ocultaran su definición ideológica y proclamaran que su único partido era Sevilla (¿?).

Apuesta por el mercado

El planteamiento ideológico del gobierno local en materia de empleo radica en decir que no es el Ayuntamiento a quien compete crearlo, sino al mercado, y que la función del Consistorio no es la de convertirse en una agencia de colocación, sino la de crear las mejores condiciones posibles para que los empresarios generen puestos de trabajo como consecuencia de la mejora de la economía local.

Desgraciadamente para PSOE e IU, y tal como se encargó de recordar Gregorio Serrano en el Pleno, planes de choque extraordinarios como los propuestos ahora por la oposición ya se aplicaron durante el Gobierno de Zapatero con los programas ‘E’ y ‘Proteja’ a escala local, sin que los arreglos de aceras y las obras públicas y medianas (como por ejemplo, la construcción de los pasos subterráneos de la avenida de la Palmera y de Andalucía) hayan servido para frenar la destrucción de empleo a todos los niveles: Sevilla, Andalucía y España.

El gobierno local del PP que lidera Juan Ignacio Zoido apuesta ahora por una política de estímulo a la iniciativa privada que pasa por medidas como la de multiplicar por 100 (de 50.000 euros a 5 millones) en los Presupuestos la partida destinada al pago de los proveedores municipales, a fin de que no sufran asfixia financiera y puedan seguir manteniendo su actividad; no incrementar la presión fiscal, que ya era de por sí una de las más altas de España; agilizar la concesión de las licencias de apertura para nuevos negocios, que hasta ahora sufrían retrasos incluso de años en algunos casos, para desesperación y/o abandono del emprendedor afectado; captar grandes eventos, como la celebración de la final de la Copa Davis de tenis, que repercutan en todo el tejido económico de la ciudad….

En definitiva, políticas transversales que en conjunto contribuyan a reactivar la economía antes que planes de choque específicos que, como los de la era Monteseirín, acaben siendo sólo flor de unos meses para luego marchitarse por falta de continuidad, debido tanto al agotamiento de las partidas dotadas por la Junta de Andalucía y/o el Gobierno central como al estado ruinoso de las arcas municipales, con un pasivo de 700 millones de euros y que apenas da margen de maniobra para algo más que no sean recortes y recortes para enjugar el déficit heredado del anterior alcalde.

Contradicciones
Pero como la vida no se reduce al blanco y al negro y entre ambos colores hay una amplia gama de grises, también es cierto que el Consistorio del PP incurre en contradicciones cuando habla de crear las mejores condiciones para el desarrollo de la actividad empresarial y no consigna ni un solo euro en sus Presupuestos para la mejora de los polígonos industriales, una carencia que se arrastra desde hace años y que todos los gobiernos locales prometen solventar sin que se acabe de solucionar el problema.

Los parques industriales de la ciudad aún precisan de una inversión de 34 millones de euros en obras pendientes, limpieza y seguridad para equipararlos a los más modernos construidos en el área metropolitana, como el PISA en Mairena del Aljarafe, y que han ‘robado’ muchas empresas a la capital por su mayor atractivo; pero salvo un remanente de un millón de euros de anteriores Presupuestos, el gobierno local lo fía todo a las subvenciones de la Unión Europea, lo cual ya supone un intervencionismo, en vez de única y exclusivamente a la iniciativa privada.

También incurre en contradicción cuando rechaza las iniciativas de la Oposición sobre el denominado ‘urbanismo productivo’, un arma de doble filo al fin y al cabo –también la especulación urbanística del ladrillo fue presentada en su día como la panacea económica-, y luego va Zoido y cierra su intervención en el Pleno diciendo lo mismo que antes había rechazado con los votos de su grupo municipal: “Vamos a poner al servicio ciudadano todos aquellos desarrollos urbanísticos para crear empleo, buscando siempre el interés general”.

El PP podría haberse adherido a algunas iniciativas de la Oposición que parecen razonables, como la de reactivar el plan de construcción de viviendas de protección oficial y el pacto por la economía social –la única que en estos años de crisis no ha destruido empleo, sino al revés, los ha incrementado-, pero está en su derecho, por el respaldo ciudadano logrado en las urnas, a aplicar una política diferente a la del PSOE e IU para tratar de lograr lo que aquéllos no consiguieron durante el gobierno de coalición entre Monteseirín y Torrijos: frenar el paro y crear puestos de trabajo en Sevilla.

A Zoido, con tan sólo siete meses en el Ayuntamiento y con unos Presupuestos condicionados por las multimillonarias deudas dejadas por el Ayuntamiento anterior y que ahora hay que pagar con un dinero que podría haberse destinado a inversiones, aún le asiste el beneficio de la duda. Sólo el tiempo y las estadísticas del Inem reflejarán si acierta o se equivoca en su apuesta por políticas transversales de estímulo económico antes que por planes de choque como los preconizados por la Oposición.

Al fin y al cabo, Sevilla votó a Zoido como alternativa a y no como continuador de Torrijos y Monteseirín.

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