En este empeño, anunció un incremento del 20% del salario mínimo y descartó de plano devaluar la moneda, que desde 2005 mantiene una paridad oficial de 2,15 bolívares por dólar.
También desechó la posibilidad de incrementar el precio de la gasolina, congelada desde hace más de una década en el equivalente actual de 0,04 dólares por litro.
En una intervención televisada, acompañado de todos sus ministros, anunció, asimismo, que triplicará este año el endeudamiento interno y lo llevará al equivalente a 15.800 millones de dólares, evitando así un mayor endeudamiento externo, actualmente en unos 30.000 millones de dólares.
La reducción de presupuesto fiscal de este año de 77.900 a 72.738 millones de dólares, principalmente con una rebaja de 60 a 40 dólares en la previsión del precio de venta del barril de petróleo de exportación, demandará, entre otras cosas, subrayó, “una estricta ejecución del gasto” público.
Para ello, dijo que decretará la inmediata eliminación de cualquier gasto suntuario en su Gobierno, lo que incluirá vehículos de ejecutivos, remodelación de mobiliarios, nuevas sedes, publicidad y propaganda e, incluso, “regalos corporativos y misiones no necesarias de funcionarios al exterior”.
A través de otro decreto, el presidente venezolano anunció que fijará un máximo en las remuneraciones totales de los funcionarios del Gobierno, pero “solamente en los niveles superiores”.
Recomendó en ese sentido al Parlamento unicameral, de mayoría oficialista, preparar una ley que rebaje “los súper salarios que dan pena (vergüenza)” de funcionarios de otros poderes del Estado.
Para incrementar los ingresos de las arcas fiscales, Chávez también anunció el aumento al 12% del IVA y una mayor eficiencia en su recaudación.
Al respecto recordó que las épocas de altos precios del petróleo permitieron varias reducciones del IVA, del 16% al inicio de su gestión, en 1999, al nueve por ciento hasta hoy, “uno de los más bajos del mundo”.
Esa reducción del IVA constituyó un esfuerzo “justo y correcto en su momento”, añadió el presidente venezolano, que calificó de alza prudente el aumento en tres puntos porcentuales ahora que los precios del petróleo han caído.
En su intervención, que duró varias horas, Chávez se burló de quienes vaticinaron que anunciaría un alza del precio de la gasolina y una devaluación, e incluso denunció “acciones de terrorismo” de sus adversarios para “generar pánico”.
Reiteró, no obstante, que adquirirá el Banco de Venezuela, filial del español Grupo Santander, cuya nacionalización ya ratificó el pasado jueves, desestimando las versiones sobre un aplazamiento de las negociaciones debido a la presunta falta de liquidez estatal del país, quinto exportador mundial de petróleo.
La revisión presupuestaria incluye una rebaja de la producción diaria de crudo, que será de 3,17 millones de barriles diarios para acatar los recortes decididos por la Organización de países Exportadores de Petróleo (OPEP), y no de 3,3 millones previstos inicialmente.
Aunque remarcó que su país se ha visto afectado indirectamente por la crisis internacional debido a la caída del precio del petróleo, su principal fuente de ingresos, Chávez reiteró que “si aquí no hubiese un gobierno revolucionario... ¡sálvese quién pueda!”.
Durante su intervención, el presidente venezolano citó en repetidas ocasiones artículos de prensa e informes de analistas en los que se destaca los graves efectos de la crisis en diversos países, y especialmente en Estados Unidos.
Así, recomendó al presidente estadounidense, Barack Obama, imitar sus “políticas socialistas”, “mirarse el color de su piel” y no gobernar para los ricos de su país. Y le alertó: “Cuidado Obama... y se te prende una revolución social”.