De Moscú al Vaticano, pasando por Turquía, donde se encuentra de visita oficial el presidente estadounidense, Barack Obama, y participa en el foro de la Alianza de Civilizaciones el español, José Luis Rodríguez Zapatero, se han producido expresiones de dolor por las víctimas y de solidaridad con las autoridades italianas.
La bandera de Cuenca, hermanada con L’Aquila ondeará a media asta en el balcón del Ayuntamiento, que ha decretado una jornada de luto oficial.
El alcalde Francisco Pulido remitió un telegrama a su colega Massimo Cialente en el que “se pone a disposición del consistorio de L’Aquila para brindar su apoyo y poder ser de ayuda en aquello que la ciudad italiana considere oportuno”.
En Bruselas, un portavoz comunitario precisó que el centro de control de información de la UE responsable de establecer vínculos entre las autoridades de protección civil de los 30 países participantes se encuentra disponible para actuar en el momento que Italia lo solicite y realojar a los desplazados.
En sendos mensajes dirigidos al primer ministro italiano, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayó su “gran tristeza” por lo ocurrido, y el jefe de la diplomacia de la Unión, Javier Solana, se declaró “horrorizado por la tragedia”. Ambos le brindaron la solidaridad europea.
Como corresponde en los casos de catástrofes naturales, Italia podrá beneficiarse del Fondo Europeo de Solidaridad y de los fondos estructurales.
El presidente del gobierno español también ha trasladado de forma bilateral a Berlusconi sus condolencias y solidaridad, y en los mismos términos, han enviado mensajes el resto de socios europeos.
Llegaron mensajes desde el presidente estadounidense, quien expresó su esperanza en que los equipos de rescate salven al máximo número de víctimas, al Rey de Marruecos, Mohamed VI, quien “implora al Todopoderoso que acoja a las víctimas en su vasto paraíso, ofrezca a los familiares apoyo y una rápida recuperación a los heridos”.
En el Vaticano, el Papa Benedicto XVI se dijo “consternado” por la “dramática noticia”. En un telegrama enviado al obispo de L’Aquila, Guiseppe Molinari, las autoridades vaticanas aseguran los “fervientes rezos” del Pontífice para las víctimas, “y en particular los niños”.