Martine Aubry se ha convertido en la nueva líder de los socialistas franceses tras ganar por sólo 42 votos a su rival Ségolène Royal, pero no puede cantar victoria hasta que el Consejo Nacional del partido ratifique el resultado.
Dado lo extremadamente ajustado de la votación, “lo mejor para que el resultado sea lo más indiscutible posible es que sea ratificado por un Consejo Nacional”, dijo ayer el todavía máximo responsable del Partido Socialista (PS) francés, François Hollande.
El Consejo Nacional se reunirá a mediados de la próxima semana, muy probablemente el martes, y analizará todas las denuncias de irregularidades y posibles vías de recurso que plantean los seguidores de Royal, quien ha solicitado ya una nueva votación.
Una vez se haya hecho ese análisis, el Consejo decidirá si ratifica definitivamente la victoria de Aubry –con un 50,02% de los votos frente al 49,98% logrado por su rival–, o si pone en marcha otros procedimientos, dijo Hollande.
Entre esos procedimientos se incluye la tercera ronda de votación que reclaman los royalistas y que, en caso de que cuente con el respaldo del Consejo Nacional, se celebraría el jueves próximo.
Hasta entonces, la alcaldesa de Lille y ex ministra no podrá cantar victoria, algo que resulta totalmente inaceptable para sus partidarios.
La propia Aubry declaró en la madrugada de ayer, tras conocerse el escrutinio oficial de los 134.784 votos emitidos, que “no tiene razón de ser” una nueva llamada a las urnas porque hay un resultado claro, guste o no.
Para Royal, sin embargo, no está tan claro ese resultado, a su juicio totalmente “discutible”, por lo que ya adelantó que no está dispuesta a dejarse ganar.
Lo que nadie cuestiona es que el partido sigue dividido e inmerso en una crisis interna que no se ha disipado con estas elecciones, en las que los militantes estaban llamados a elegir no sólo a su nueva líder, sino también a la que muy probablemente será la contrincante del conservador Nicolas Sarkozy en las presidenciales de 2012.
De hecho, las primeras reacciones tanto de militantes de uno y otro bando, como de representantes de la oposición, coinciden al destacar la enorme fractura interna que ha puesto de manifiesto este proceso electoral. Hollande salió al paso de las críticas y precisó que es cierto que hay división pero no hay dos partidos como dicen algunos, sólo uno.
Hoy por hoy, a la espera de lo que decida el máximo órgano del partido, Aubry es la ganadora y “debe ser designada primera secretaria” tras un escrutinio que, si bien es cierto que ha sido muy ajustado, también ha sido democrático, declaró a la radio France Info el diputado Francçois Lamy.
De ser así, la actual alcaldesa de Lille, hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, volverá al centro de la escena política tras su etapa como ministra de Empleo en el gobierno de Lionel Jospin.