De Irún a Finisterre, ganar el jubileo sin salir del cole

Uxía, de cuarto de primaria, sale de clase para cubrir una parte del Camino de Santiago. Lo hace sin abandonar el patio del cole. Son más de 900 kilómetros que el alumnado del CEIP San Pedro de Visma, en A Coruña, tiene que completar a lo largo del curso escolar. El objetivo es ganar el jubileo en equipo, luchar contra el sedentarismo y aprender.

En año santo (2021), pero también en época de coronavirus, cubrir la distancia desde Irún a Finisterre, con la suma de los metros que camina cada alumno (18 aulas y 370 niños de cuarto de infantil a sexto de primaria), es la propuesta de este centro educativo.

Detrás de la idea, los profesores de educación física, Fabián Canosa y Rubén Barrán, que han contado con la implicación de alumnos, del claustro y del personal no docente.

A Uxía le encanta la iniciativa por muchos motivos. Por conocer, a distancia, los lugares por donde pasa el Camino de Santiago, por saborear, aunque sea virtualmente, sus comidas típicas, por aprender y compartir vivencias con niños de otros colegios y también por "caminar, salir de clase y poder hablar con las amigas" mientras pasea.

El proyecto surgió en septiembre, en la vuelta al cole. "Conscientes de falta de actividad física del alumnado en los meses de confinamiento, buscábamos poner en valor la actividad física, los hábitos saludables y luchar contra el sedentarismo, además de conocer el Camino del Norte", explica a Efe Fabián.

En 'Sementa Camiño' (siembra camino), encontraron la forma de adaptarse "a la nueva normalidad en las aulas" con la ventaja de que su centro está en la ciudad, rodeado de asfalto, pero también del verde campo.

"Nos preguntamos para qué ventilar las aulas si fuera teníamos el aire libre. Disponemos de un patio grande, de la naturaleza, el alumnado respira aire puro, se siente más libre y aprovechamos ese momento para ventilar las aulas", explica el profesor.

Desde entonces, van "sumando kilómetros" en el circuito de 500 metros que diseñaron en el patio. Cuentan ya con algún hito del Camino de Santiago que han elaborado los propios estudiantes. La experiencia es más real. Cada semana, andan una media de 25 kilómetros entre todas las aulas.

"El profesorado y el alumnado acogieron la ida de una forma bestial y trajeron elementos identificativos del Camino: sombreros, bastones y calabazas que llevan colgadas", relata Fabián.

Después de la caminata, todos apuntan los kilómetros recorridos en un mural para cubrir las 32 etapas. En diez de ellas, la experiencia va más allá. Contactan con alumnos de esos lugares por los que 'pasan', intercambian vídeos, explican cómo es su clase, su colegio, la experiencia que están teniendo y envían semillas (sementes, en gallego).

De Galicia mandan las de los pimientos de Herbón (Padrón), los Grelos de Monfero o el repollo de Betanzos, y un libro en gallego. A principios de diciembre, hubo conexión con San Sebastián, donde finalizó la primera etapa. Este camino es de ida y vuelta. Al colegio llega también material de esos centros con los que se comunican.

Además, siembran solidaridad. Esta semana convierten sus kilómetros en alimentos que donan los alumnos, el profesorado y el personal no docente.

En las vacaciones de Navidad, el siguiente reto. Pretenden dar un paso más e implicar a las familias en casa para completar entre todos la sexta y la séptima etapas y llegar a Bilbao. "Que hagan actividad física en familia, en vacaciones, al aire libre, que practiquen senderismo, bicicleta…", recomienda el profesor.

Fabián espera que en la vuelta a la escuela después de las fiestas tengan "ganas de seguir conociendo ciudades, personas, culturas, lenguas, respetando la naturaleza y trabajando en equipo: profesores, alumnado, familias y personal no docente". Y es que les quedan muchos kilómetros por recorrer en este particular Camino de Santiago.