Un equipo de investigadores, pertenecientes al departamento de Óptica de la Universidad de Granada (UGR), ha estudiado los efectos de fumar cannabis ocasionalmente en distintos parámetros visuales, concluyendo que altera la visión y la capacidad para conducir de forma segura.
Los resultados de este trabajo, dirigido por Carolina Ortiz Herrera y Rosario González Anera, han sido publicados en la revista 'International Journal of Environmental Research and Public Health', según ha informado este viernes la UGR en una nota de prensa.
Como ha explicado la autora principal de este trabajo, Sonia Ortiz Peregrina, el cannabis es la droga ilegal más consumida en Europa según el último Informe Europeo sobre Drogas 2020. Además, según la Dirección General de Tráfico, se trata de la más detectada en conductores implicados en accidentes de tráfico, encontrándose en el 60 por ciento de los que dan positivo.
En el estudio, que cuenta con la aprobación del Comité de Ética en Investigación Humana de la UGR (921/CCEIH/2019), han participado 20 fumadores ocasionales de cannabis. A todos ellos se les realizó una serie de pruebas visuales y se les evaluó su capacidad para conducir con un simulador, tanto en condiciones normales como tras consumir.
Los resultados han mostrado que, en primer lugar, todos los parámetros visuales estudiados se alteraban tras consumir la droga. Así, la agudeza visual, la sensibilidad al contraste, la visión tridimensional o la capacidad de enfoque del sistema visual empeoraban "de forma significativa". Por otro lado, el rendimiento en la conducción también se veía alterado tras fumar cannabis.
Destacaba un peor control de la posición del vehículo ya que, tras fumar cannabis, la distancia recorrida fuera de los límites del carril aumentaba un 50 por ciento con respecto a la sesión sin consumo.
Además, se ha visto que existen correlaciones entre un peor rendimiento en la conducción y distintos parámetros visuales. Las asociaciones más fuertes se encontraron entre los test que evalúan visión tridimensional y la capacidad para "mantener la posición del vehículo dentro del carril". Esto indica que esta función visual es importante para juzgar de forma precisa la distancia entre el vehículo y los márgenes del carril.
Este trabajo ha sido el primero en aportar evidencias que demuestran que los efectos visuales del cannabis pueden tener un impacto negativo en la capacidad para conducir, comprometiendo la seguridad vial.
Estos resultados, junto con el número de conductores que se ponen al volante tras consumir esta droga, indican "la necesidad de realizar campañas de información y concienciación", ha concluido la UGR.