La Sala de la Provincia acoge desde este jueves la exposición 'Dice breve pero es eterno', de Pablo Merchante, proyecto ganador de una de las Becas Daniel Vázquez Díaz 2020, convocadas por Diputación. El vicepresidente de la institución provincial, Juan Antonio García, acompañado por el autor, ha inaugurado esta muestra, una instalación pictórica concebida para que el espectador participe de manera activa.
El autor ha creado un escenario para ser recorrido, un lugar con diferentes ritmos y tensiones donde el visitante puede llegar a alcanzar una experiencia intimista que trascienda la simple contemplación de un cuadro. "No se trata sólo de ver u observar pinturas, sino de sentirse conectado con determinadas emociones que el artista ha vivido durante la pandemia y los meses de confinamiento", según explica el crítico de arte Sema D’Acosta.
Al ser premiado con la Daniel Vázquez Días, Pablo Merchante se mostró muy agradecido por obtener "una beca que cada vez más importante no solo en Andalucía, sino a nivel nacional" y que, según destacó "siento muy muy mío, porque al ser de la provincia de Huelva -es de Bollullos par del Condado- para mí es un orgullo hacer una exposición con los recursos que me va a prestar Diputación".
'Dice breve pero es eterno' cuenta en primera persona aspectos vivenciales del propio Merchante durante el periodo de aislamiento que hemos experimentado en estos dos últimos años. En su caso, los instantes de mayor liberación y creatividad fueron durante los paseos que hacía todos los días por el campo después de desayunar, acompañado de su perro. En esa caminata recurrente, encontraba un espacio propio de diálogo consigo mismo, un encuentro con la Naturaleza que le ha hecho entender de manera diferente algo próximo que siempre ha estado ahí. "Esa mirada detenida al paisaje de los alrededores de su pueblo, desde su agricultura hasta su topografía, desde sus olores y colores hasta sus sonidos, ha situado ese universo cotidiano de las pequeñas cosas en un lugar distinto, cercano a un tipo de felicidad sencilla (Beatus Ille) y libertad mental", subraya D’Acosta.
Estas dos referencias podrían entenderse como las coordenadas conceptuales que cimientan la exposición, "una reflexión estética sobre los tiempos complicados de prevenciones que nos han tocado vivir y la necesidad del ser humano de salir fuera". El tríptico protagonista, representa esa percepción optimista a partir de la expansión, una lectura panteísta del entorno. El cuadro más sombrío, realizado en un proceso febril mientras el artista pasaba el Covid, recoge una perspectiva particular de una vista de la luna desde el patio de su casa, un resquicio de esperanza en su semana más complicado del último año. La pieza de audio, más intangible y abstracta, se construye a partir de los sonidos capturados en esas constantes salidas matutinas.
La pieza principal es un tríptico de grandes dimensiones que ocupa el espacio central de la sala, aquí se concentra el núcleo matriz del proyecto. Ninguna de las tres imágenes es una interpretación explícita; predominan las flores, un colorido enérgico, cierto vitalismo. Las telas pueden transitarse por delante y por detrás. "El anverso es contundente. El reverso, críptico, sólo advertimos un altavoz y dos símbolos inescrutables. A mitad del recorrido, aparecen unas obras sobre papel que sirven de transición. Como contrapunto, una tela oscura que posee algo taciturno y transmite aflicción, cierra el itinerario. De fondo, se escucha un sonido que cuesta distinguir. El audio reproduce la cadencia continuada de unos pasos, el transitar acelerado de un perro, el viento, pájaros, ladridos a lo lejos", en palabras de Sema D’Acosta.
El desarrollo de este proyecto coincide en un momento en el que el autor se ha interesado por el trabajo de Claude Monet, al que lleva estudiando con detenimiento desde el confinamiento. Es probable que ese gusto por la idea del jardín y salir fuera, la decisión de pintar flores y también los formatos o temas elegidos tengan mucho que ver con esta investigación, aunque sin ser algo premeditado ni tan siquiera pretendido.
El título 'Dice breve pero es eterno' está sacado de una frase leída en un libro de Michel Houellebecq, precisamente durante el periodo de confinamiento. Para cada uno, la percepción del tiempo es subjetiva, "más en este periodo extraño de nuestras vidas donde hemos tenido muchas más horas muertas de las que acostumbramos. Siempre tenemos la sensación de que el tiempo es corto, que vamos corriendo a todos sitios, pero si se pausa mucho, si disponemos mucho de él como ha ocurrido en estos meses de pandemia mundial, se eterniza. En estos dos años de soledad y recogimiento, mucha gente se ha detenido a reflexionar sobre cosas que antes no había pensado en su día a día".
La exposición 'Dice breve pero es eterno' puede visitarse en la Sala de la Provincia hasta el 16 de julio, en horario en horario de 10:00 a 14:00 horas, y de 17:00 a 21:00 horas de lunes a viernes; y de 10:00 a 14:00 horas los sábados.