Con el inicio de cada curso, el mapa educativo de la provincia onubense varía en función de la demanda de plazas, de modo que de un año para otro el número de unidades o aulas puede variar considerablemente.
Desde la Delegación de Educación aseguran que esta variación en el número de unidades (el resultado final de las de nueva creación y las suprimidas) responde a criterios objetivos, basados en
las circunstancias demográficas y en las demandas de cada centro. Sin embargo, desde los sindicatos no comparten esta explicación y creen que más allá de la variación poblacional, hay otros intereses que relegan la calidad educativa a un segundo plano.
La semana pasada se publicaba en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la Orden de 29 de julio de 2015, por la que se modifican escuelas infantiles de segundo ciclo, colegios de Educación Primaria, colegios de Educación Infantil y Primaria y centros públicos específicos de Educación Especial, así como colegios públicos rurales.
Según esta orden, el curso 2015/16 se ha iniciado en la provincia onubense con diez unidades menos que el año anterior: cuatro más de Primaria, 18 menos de segundo ciclo de Infantil, dos menos de primero y segundo de ESO y seis más de Educación Especial. Sin embargo, fuentes de la Delegación de Educación aseguran a Viva Huelva que a día de hoy esos números no son los correctos, pues se han producido modificaciones tras el periodo extraordinario de escolarización y la consiguiente certificación de matrícula por parte de los centros docentes.
Según los datos que manejan, habría seis unidades menos de Infantil, todas ellas en la capital; 15 más en Primaria, aunque se habrían suprimido nueve del primer curso; Secundaria se quedaría igual, pues se han creado tres unidades pero se han suprimido otras tres; y habría cuatro nuevas unidades de Educación Especial, tres de ellas en la capital.
El recorte más significativo se da en Infantil, algo que aseguran que “se debe fundamentalmente al descenso de la natalidad”. Además, afirman que siempre se respetan las ratios que establece la normativa andaluza (27 alumnos por unidad en Infantil y 25 en Primaria).
Menos calidad
Sin embargo, Prado Rodríguez, representante del sector de la Enseñanza de CSIF en Huelva entiende que la supresión de seis unidades en la capital es “demasiada”, más allá de la realidad demográfica.
Así, al respecto explica que “hay menos niños pero también se aglutina a más niños en menos clases, llevando al límite las ratio, y eso afecta a la calidad educativa, pues si no hay niños para llegar a 27, pues que haya menos y así la educación será más individualizada”. Algo que cree que no sucede por un motivo: “Se prima el carácter económico frente a la calidad educativa”.
Por su parte, Jesús García, presidente provincial de ANPE, afirma que en su sindicato “nos oponemos siempre a la supresión, porque afecta al número de plazas de profesorado, y sobre todo en la capital, porque supone un trasvase a la enseñanza concertada, ya que en los centros privados-concertados no hay supresiones, más bien todo lo contrario, cada vez se autorizan más unidades”.
“No queremos supresión, no queremos aumento de ratios ni llevarlas al límite, no queremos que se beneficie a la enseñanza privada-concertada; sólo entendemos que se eliminen unidades por cuestiones demográficas”, añade García.
Por último, ambos sindicatos hacen hincapié en el efecto de las supresiones para los docentes, pues “pueden conllevar la supresión de sus puestos de trabajo, y aunque van al concurso de traslado con derecho preferente, siempre es una faena”.
