La celebración de la festividad de Todos los Santos se ha adelantado este año, ante la incertidumbre de los jiennenses por las medidas restrictivas que finalmente llegaron el miércoles, 28 de octubre.
Desde el pasado fin de semana, se han normalizado las visitas a los cementerios San Fernando y San Eufrasio, donde un año más, no faltarán flores. Aunque la pandemia por el Covid-19 no ha dejado morir la tradición, sí está dejando herido sectores como el de las floristerías, donde las ventas se han reducido en casi un 60%, según apunta Mª Luisa Egea, del quiosco de flores Villa Rosario, en la plaza El Pósito.
Lo que no muere en Jaén es el gusto por la gastronomía más típica de estas fechas, especialmente la repostería, con buñuelos, huesos de santo, leche frita y gachas como los productos más vendidos desde hace una semana, según apunta Salvador Gutiérrez, de La Casa de Las Tartas.
Este viernes arranca un largo fin de semana, un puente de Todos los Santos en el que se ha restringido la movilidad con el cierre perimetral de los 97 municipios de la provincia. Hasta el próximo 1 de Noviembre, quedan por delante jornadas de compra de flores y de acopio de dulces para pasar en casa una de las fiestas más arraigadas en la ciudad.
“Las ventas van bien. Siempre adelantamos la elaboración de los dulces típicos de estas fechas y cuando los jiennenses empiezan a probarlos, vuelven para comprar más. Esperamos que el fin de semana sea bueno en ventas. Al no poder salir de la ciudad y tenernos que quedar en casa, nos hace pensar que los jiennenses no van a dudar en comprarlos para tomarlos en familia”, explica Salvador Gutiérrez, de La Casa de las Tartas. Este tradicional obrador, abierto en la ciudad desde 1973, saca a la calle en una semana alrededor de mil kilos de buñuelos.
“Cada vez hay buñuelos de más sabores. Si algún cliente nos pide algo especial, se lo hacemos, pero siempre elaboramos los buñuelos con los rellenos más tradicionales, de crema, chocolate, nata y cabello de ángel, que son los que más gustan. Si nos piden de batata o kínder, también los hacemos”, asegura.
El secreto para un sabor inconfundible, explica Gutiérrez, está en cuidar una elaboración en la que “el aceite siempre tiene que estar limpio, la masa escardada y artesana; y una fina capa de buñuelo, con rellenos generosos”. Los pasteleros llevan una semana de venta de dulces típicos. “Son fiestas muy tradicionales y se siguen comprando dulces. Son días para disfrutarlos ya que, a partir de la semana que viene, se dejan de hacer”, aclara.
Este año, el precio del kilo de buñuelos es de 18 euros. “No hemos tocado los precios, aunque algunos productos han incrementado su coste”, dice. Los huesos de santo tienen un coste de 24 euros el kilo. Las tarrinas de gachas las venden por 10 y 5 euros, según el peso. Tampoco falla en las ventas, el chocolate artesano de La Casa de Las Tartas, de origen único, al 72%, con almendras recién tostadas.
Este año, las reuniones familiares se limitan a seis personas por hogar. “Suelen comprar entre un kilo y kilo y medio de buñuelos para una casa y algunas familias, vuelven a por más”, agradece.
El cierre perimetral de la provincia está afectando a las floristerías, que desde ayer están apurando la entrega de pedidos, muchos para residentes en municipios del área metropolitana que ya desde hoy no pueden desplazarse para recogerlos. “Este año hemos pedido menos flores. Vamos al día y eso significa pérdidas. Los proveedores tampoco tienen tanto género porque han invertido menos y, desde principios de octubre, nos estaban exigiendo la confirmación de los pedidos de flores. No lo hemos podido hacer así”, explica Mª Luisa Egea. Lo que sí han hecho es “avisar a los clientes de mayor confianza”, asegurando así algunas ventas. “Los pedidos se adelantaron a la semana pasada, pero nos están cancelando. No llegan ni los clientes habituales”, confirma.
Desde el 25 de octubre están abiertos con medidas restrictivas los cementerios San Fernando y San Eufrasio de la capital, y las ventas han sido escalonadas, como están siendo las visitas a los camposantos. “Mi venta de flores ha caído en torno a un 60%”, lamenta Egea, señalando las cancelaciones de pedidos entre jiennenses con seres queridos enterrados en camposantos de otros municipios de la provincia.
Aun así, llevar flores al cementerio es una tradición que sigue viva a pesar de la pandemia por el Covid-19. El clavel rojo es el más vendido. La docena costaba este jueves 12 euros. El gasto medio en los centros florales es de entre 25 y 30 euros.
Este año, se está imponiendo la flor artificial y la compra de flores sueltas para dejarlas en casa, ante la imagen del ser querido.
Los jiennenses pueden acudir entre las 9 y las 19 horas a los dos cementerios, con entradas y salidas diferenciadas, aforos controlados y medidas de seguridad para evitar contagios.