Según explica el edil, “se buscará compaginar el disfrute de los jóvenes con el derecho al descanso de los vecinos próximos a los locales de ocio, sean éstos bares de copas, discotecas, carpas o chiringuitos”.
En este sentido, la ordenanza señala que en aquellos cerramientos de edificaciones donde se ubiquen actividades o instalaciones que generen un nivel de ruido superior a 70 decibelios, se exigirán unos aislamientos acústicos más restrictivos que los normalizados, en función de los niveles de ruido producidos en el interior y horario de funcionamiento.
Por otro lado, en locales donde se disponga de equipo de reproducción musical o audiovisual en los que los niveles de emisión sonora pudieran ser manipulados directa o indirectamente, se instalará un equipo limitador que permita asegurar que las emisiones no superen los límites admisibles de nivel.