Los trabajadores de Urbanos Amarillos, la empresa concesionaria del servicio de transporte público, aprobaron este jueves en asamblea la convocatoria de una huelga a partir del próximo 1 de octubre.
El paro será de 24 horas, se desarrollará en semanas alternas y, en principio, se prolongará hasta el 10 de diciembre. En caso de que entonces no se hayan regularizado los pagos a la plantilla, la huelga se llevaría a cabo todas las semanas hasta el próximo 4 de enero.
De este modo, los trabajadores del transporte urbano dan un toque de atención al Ayuntamiento, que ejecutó el secuestro del servicio el pasado mes de mayo con el objetivo de normalizar tanto la prestación del servicio como los plagos a la plantilla.
La prestación del servicio sí se ha normalizado, en buena medida gracias a la actitud de los trabajadores. Además, el desembarco municipal en la empresa permitió que se recuperaran a algunos vehículos que precisaban de distintas intervenciones para poder circular.
Sin embargo, el pago de las nóminas a la plantilla no ha llegado a regularizarse, de ahí que los trabajadores hayan optado finalmente por convocar estos paros.
Actualmente son cinco las nóminas que se adeudan, aunque la situación fue peor hace apenas una semana, cuando eran siete los salarios pendientes de cobro. El portavoz del comité de empresa, Ángel Morales, reconoció que la situación de la plantilla es “desesperada” e “insostenible”.
“Hemos tratado de aguantar un poco más, porque el mensaje que llega desde el Ayuntamiento es que la situación se va a normalizar entre octubre y noviembre, pero los trabajadores están ya desesperados”, apuntó.
