Los pantanos de la cuenca del Guadalete embalsan 895 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone iniciar el año hidrológico al 65,23 por ciento de su capacidad. Este dato garantiza los riegos y el abastecimiento de la población a pesar de la evidente falta de lluvia que viene caracterizando a los últimos meses.
La sequía ha provocado una merma sensible en los niveles de agua embalsada respecto al pasado ejercicio, cuando a estas alturas del año los pantanos se encontraban al 82,72 por ciento de su capacidad. Sin embargo, si se atiende a la media de los últimos diez años puede comprobarse cómo la situación de los embalses sigue siendo óptima a pesar de esa falta de lluvias.
De hecho, esa serie histórica indica que a finales de septiembre los pantanos embalsan 767 hectómetros cúbicos de agua -128 menos que ahora-, encontrándose por tanto al 55,90 por ciento de su capacidad.
Los embalses, uno a uno
Guadalcacín es el mayor embalse de la cuenta, con 800 hectómetros cúbicos de capacidad. Actualmente se encuentra al 70,13 por ciento, diez puntos por debajo del registro del año pasado pero casi veinte por encima de su media histórica.
El pantano de Zahara embalsa 200 hectómetros cúbicos de agua, encontrándose al 89,69 por ciento de su capacidad. A continuación se encuentran los pantanos de Bornos, con 72 hectómetros cúbicos de agua (36 por ciento); y Los Hurones, con 49 hectómetros (36,30 por ciento). Menos relevancia tiene la presa de Arcos, que se encuentra al 92,86 por ciento de su capacidad total pero que apenas embalsa 13 hectómetros cúbicos de agua.
En todos los embalses -salvo en este último- se aprecian caídas de los niveles de llenado respecto al año pasado. En cualquier caso, el dato global es bueno si se atiende a la serie histórica.
Menos riesgo para la zona rural
El estado de los pantanos lleva a pensar que los vecinos de la zona rural no tendrán que estar este año pendientes de las precipitaciones, toda vez que salvo sorpresa no serán necesarios los desembalses.
