La plantilla de la fábrica de arroz Brillante en Jerez (antigua central lechera de Puleva) que forma parte de la división de arroz del grupo Ebro Foods, líder mundial en el sector, se ha echado a la calle para denunciar la situación de “acoso laboral” que aseguran que vienen sufriendo desde la llegada del nuevo director en octubre de 2011. No obstante, según denuncia Francisco González, delegado de personal de CCOO, la situación se ha agravado especialmente en los últimos meses, en los que desde la dirección se ha sancionado con cinco días de empleo y sueldo a un trabajador y se ha despedido a otros dos.
En ambos casos, los representantes de la plantilla entienden que la decisión de la empresa de prescindir de ambos empleados “no está justificada” después de que los ex trabajadores no sean ni “reincidentes” ni problemáticos. En este sentido, según detalla González, mientras que en el caso de uno de los afectados que llevaba siete años en la empresa se le ha enviado al paro por un “error” a la hora de colocar la fecha de caducidad en un envase, actuación que, además, “contó con el visto bueno del encargado”, el cual continúa prestando servicios; en el segundo despido, el director ha tomado esta medida después de que accidentalmente golpeara un sensor de la puerta del almacén al pasar con la carretilla. En este último caso, el trabajador llevaba más de 30 años en esta fábrica. Ante estas circunstancias, el personal de la planta se concentró el pasado jueves a las puertas de la fábrica de la avenida de Europa y seguirá haciéndolo todos los días esta semana para exigir la readmisión de sus compañeros. Unas protestas que trasladarán también al centro de Jerez el próximo 12 de noviembre, fecha en la que está previsto que se celebre el acto de conciliación con la empresa en la Alameda Cristina para tratar de llegar a un acuerdo.
“NOS ESTÁN APRETANDO”
En cualquier caso, lo que tienen claro los trabajadores es que no piensan comulgar con la política “antidemocrática”, “del miedo” y de “acoso” que ha “impuesto” su superior. “Nos están apretando y utilizando las cámaras de seguridad que ha instalado para proteger el patrimonio de la empresa a su antojo, visionan lo que les interesa, cuando se podrían demostrar muchas cosas. Él no acepta las reglas del juego de la democracia; somos tres delegados de personal y no quiere dialogar ni hablar con nosotros”, se queja. De hecho, ante los últimos acontecimientos, se han visto obligados a solicitar una evaluación de riesgos psicosociales -recogidos en la ley de prevención de riesgos laborales- ante los repetidos episodios de “humillación” que vienen padeciendo.
“En 36 años que llevo trabajando aquí no he visto esto”
En los últimos meses la situación en la fábrica de Ebro Foods en Jerez ha llegado a tal extremo que, como denuncian los representantes de los trabajadores, uno de los compañeros despedidos tuvo que entrar en la fábrica “escoltado por un seguridad como si de un delincuente se tratara”. Todo ello, pese a tener claro que ambos despidos son “totalmente injustos”. “Sólo con el objetivo de que con la situación económica y de desempleo existente en nuestro país tener a los trabajadores humillados y no respetar siquiera los derechos fundamentales de las personas”,denuncian. Francisco González lleva 36 años trabajando en esta fábrica, y asegura que “nunca he visto esto”, a la hora de referirse a la situación que se da ahora desde la llegada de la nueva dirección hace dos años.
“Todo el mundo está acosado”
“Aquí está todo el mundo acosado y en pleno siglo XXI no podemos consentir que una empresa que es líder mundial en su división de arroz trate así a sus trabajadores”, denuncia el representante del personal de Ebro Foods en la fábrica de la avenida de Europa. Aunque temen represalias, ello no ha impedido que “casi toda la plantilla”, exceptuando los compañeros que estaban de turno en la fábrica, respaldaran el pasado jueves esta concentración y seguirán haciéndolo esta misma semana. Ninguno de ellos lo dudó a la hora de sostener las pancartas para apoyar al último compañero que han puesto de patitas en la calle. “Readmisión de Jaime; no al acoso en Brillante” podía leerse en algunos de estos mensajes donde tampoco faltaba una foto del trabajador despedido.