Aprender idiomas es una de las preocupaciones más latentes hoy en día entre muchas personas, ya sea por trabajo, estudios o una cuestión personal, ante la sociedad actual en la que se vive. Prácticamente es ya una necesidad, como para los jóvenes universitarios que estudian un grado y necesitan obtener el nivel B1 -según el marco común europeo- en algún idioma, aunque mayoritariamente el elegido es el inglés. Las clases en las aulas, a veces atestadas de alumnos, no son siempre suficiente, por eso desde hace algunos años en Jerez se han creado clubes de conversación en diferentes bares de la ciudad para practicar la parte oral de los idiomas al mismo tiempo que se pasa un buen rato.
El lunes de esta misma semana, un grupo se reunía en el bar Los Dos Deditos para practicar el francés. Aquello más parecía una quedada de amigos que otra cosa, y es que precisamente de eso se trata, como los propios participantes comentaban: “Somos un grupo de amigos que ya hemos hecho otras actividades, más que un simple grupo de conversación. Incluso hicimos un viaje a Marruecos con Siham, la chica que se encarga de organizar el grupo de francés de los lunes”. Los temas de las conversaciones son libres, como ocurre en cualquier reunión de amistades.
una ‘doble’ ayuda
Ante una evidente realidad social en la que, en particular el inglés, es necesario, a Juan B. Trigo, también conocido como Mister John, se le ocurrió en diciembre de 2012 crear un espacio para españoles que quisieran practicar inglés y extranjeros con intención de aprender español. Pero además se le ocurrió una forma de fijar un precio para que los participantes se tomaran en serio la actividad al mismo tiempo que ayudaban a otras personas. Así, un kilo de alimentos es lo que hay que “pagar” para formar parte de esta iniciativa solidaria con la que se envía comida a familias que lo necesitan.
Debido a la buena acogida del inglés, se creó también el grupo de francés, idioma que está teniendo un repunte en la actualidad. Es verano, hace calor, estudiar da pereza y algunos están de vacaciones. Pero todo esto no impide que se sigan reuniendo, pues por encima de todo se lo pasan bien. Crear los grupos de alemán e italiano es el siguiente objetivo en el que Mr. John tiene puesto el punto de mira, después de que en mayo de este año también comenzara un nuevo proyecto, el Kids Help, para niños. En este caso se debe hacer una aportación económica de dos euros y medio para comprar productos para otros pequeños con necesidades. Estas citas se dan los sábados a las 12.30 horas en el Guitarrón de San Pedro, un día en el que pueden acudir los menores.
El éxito de estas reuniones está en que, según quienes no faltan a la cita, verdaderamente “son muy útiles y se aprende mucho con ellas. Además te sueltas a la hora de hablar en público”, una asignatura pendiente, en general, de los españoles. Además, es una buena oportunidad para conocer gente nueva, de todo tipo, para aquellos que deseen hacer amigos. La Librería, Damajuana y el Bar Progreso son otros de los locales en los que uno se puede sentar a charlar con personas en otro idioma. Gente con niveles muy diferentes, pero también con nativos, con los que se puede aprender mucho, tanto de su cultura como de su lengua.
m. carmen sánchez
maestra de inglés
“Aunque yo no tengo ni idea de francés, empecé a venir aquí por diversión y por aprender otro idioma. La verdad es que se va aprendiendo, lo que pasa es que hay que estudiar, eso sí. Pero como lo hago por placer, tengo tranquilidad.
Además, en este club he encontrado amistad sobre todo, con gente que es muy simpática, muy variopinta y ya hemos realizado muchas actividades, desde meriendas, senderismo, karaoke, salidas por ahí, y la verdad es que nos divertimos. Posiblemente hagamos otra cosa pronto y también se ha hecho un viaje a Marruecos”.
patricia martínez
coordinadora de francés
“Ahora estoy coordinando el grupo de los lunes mientras Siham está fuera, porque me lo pidió ella. La experiencia es muy buena, muy positiva. Además, mejoré mucho a la hora de expresarme en las clases de conversación. Yo era más cohibida y me daba un poco de vergüenza hablar en público y aquí me solté un poquito. Eso me ha servido. Animaría a todo el mundo a que se apuntase a clases de conversación. Es una forma muy amena de aprender . Además, este verano me he ido a París y me he quedado sorprendida de que la gente a mí me entendía. Eso es lo más. Me ha servido de mucho venir aquí”.
juan trigo (mister john)
coordinador del club solidario
Después de quedarse en paro tras trabajar en la Escuela de Relaciones Laborales, este profesor de Universidad decidió fundar, hace casi dos años, un club de conversación que además fuese solidario. “La gente aporta. Aunque hay que tener en cuenta que si alguien alguna vez no trae el kilo de alimento por cualquier circunstancia, no se le impide participar. Ya lo traerá en otra ocasión. Yo suelo anunciar por correo electrónico o por Facebook esta forma de ayudar, porque hay gente que quiere colaborar y no sabe por qué canal hacerlo”. Ahora ellos mismos se encargan de entregar la comida a las familias.