El Jerez Industrial perdonó y perdió, (0-1)

Cuando menos se esperaba llegó el frenazo. El Jerez Industrial no pudo superar la prueba del Chipiona de Pepichi Torres y se aleja de la cabeza de la tabla que ahora tienen sabor roteño. No lo merecieron los de Mena. Tuvieron ocasiones clarísimas para haberse ido ya al descanso con un marcador claro a su favor, pero el balón no quiso entrar. O las precipitaciones que siempre son malas consejeras. Luis Lara gozó hasta de tres oportunidades clarísimas, en mano a mano con el portero, que no supo aprovechar. El debutante Antoñito también tuvo otra opción, que terminó desaprovechando por no disparar. El 0-0 al descanso era harto engañoso, aunque el Chipiona gozó de una oportunidad clara.
La segunda parte continuó por idénticos derroteros, es decir un querer y no poder de los industrialistas. Borja y Jesús Ramos salieron para darle más mordiente al ataque. El propio Borja tuvo una ocasión. Parecía que el gol tenía que llegar, pero se resistía de manera alarmante.
El guión del encuentro comenzaba a escribirse en el sentido de que quien perdona lo termina pagando. Y así ocurrió. A falta de ocho minutos para el final y con el equipo local volcado en busca del tanto de la victoria llegó el mazazo del tanto chipionero.
Quedaba tiempo por delante y Juanma Carrasco envió el balón al larguero y Luis Lara tuvo su cuarto mano a mano para haber al menos rescatado un punto.
Al final no pudo ser y el Jerez Industrial ha visto rota una racha positiva el día en el que debutaban sus dos últimos fichajes, el barbateño Juanma y el jerezano Antoñito. Las opciones no están perdidas del todo, pero evidentemente todo se ha vuelto mucho más complicado ya que la distancia se ha agrandado y queda un encuentro menos por disputarse.
El equipo inicial del Jerez Industrial estuvo compuesto por Alex en la puerta; Pedro y Juanma Carrasco en los laterales con Juanma y Alberto en el centro; Andrés junto a Costilla, Juanjo y Antonio Benítez en el centro del campo y Antoñito y Luis Lara en la punta de ataque.
En definitiva un traspiés inesperado que deja al Chipiona muy cerca de firmar la permanencia y al Jerez Industrial zozobrando en el momento menos oportuno.