La entrega de los Premios Goya tuvo anoche varios nombres propios; en especial, los de Raúl Arévalo, Juan Antonio Bayona y Emma Suárez. El primero, debutante en la dirección con Tarde para la ira, se alzó con cuatro estatuillas, entre ellas la de Mejor Película; el segundo obtuvo el de mejor dirección y su filme, Un monstruo viene a verme, logró un total de 9 premios; y la tercera porque se alzó con los dos Goya a los que estaba nominada: mejor actriz por Julieta y mejor actriz de reparto por La próxima piel.
Todo apuntaba muy bien para Tarde para la ira y Un monstruo viene a verme desde el principio: el primer premio de la noche fue para Arévalo por dirección novel y el segundo para la fotografía del filme de Bayona, que también se alzó con los mejor maquillaje, dirección de arte, dirección de producción, banda sonora de Fernando Velázquez, efectos especiales, sonido y montaje.
La película de Arévalo también obtuvo -fueron cuatro en total- los Goya a mejor actor de reparto, para Manolo Solo, y mejor guión original, amén de los ya citados.
Por detrás quedó otra de las favoritas de la noche, El hombre de las mil caras, premiada con el Goya a mejor actor revelación, para Carlos Santos, y mejor guión adaptado.
Por otro lado, junto al nombre de la bigalardonada Emma Suárez, el de Roberto Álamo, premio al mejor actor por su papel en Que dios nos perdone.
Y, por supuesto, mención especial para Ana Belén, Goya de Honor de esta edición, que describió su trayectoria desde sus inicios, para reconocer la labor de cuántos la han acompañado en el camino y reivindicar la profesión de la gente del cine.
La noche de Manolo Solo
Natalia de Molina, que el año pasado recibió el Goya a la mejor actriz por la película Techo y comida, del jerezano Juan Miguel del Castillo, fue la encargada anoche de anunciar el nombre del ganador del Goya al mejor actor de reparto: el algecireño Manolo Solo. Su nombre era uno de los tres que más nos tocaban de cerca junto al de su paisano Alexis Morante, nominado al mejor corto de ficción por Bla, bla, bla, y el del jerezano Julio de la Rosa, nominado a la mejor banda sonora por El hombre de las mil caras. Sólo Solo se alzó con el cabezón -de la Rosa ya lo obtuvo hace un par de años con La isla mínima- y lo hizo “emocionado y conmocionado” y reconociendo que lo iba a “hacer fatal” en el discurso.
Solo hizo alusión a los tres “cracks” junto a los que competía en la categoría: “Lo siento por vosotros, pero sólo en parte, por dos de vosotros ya lo habíais conseguido antes y éste llevo unos años currándomelo”.
El actor algecireño se mostró “orgulloso” de haber participado en la ópera prima de Raúl Arévalo en la dirección, que también se llevó el premio al Mejor Director Novel y a mejor guionista, y le dio las gracias por haberle dado “libertad y confianza” en la construcción de su papel. Y en los agradecimientos, por su puesto, tuvo presente a su madre, que lo acompañó en el patio de butacas.