Lo hemos visto con Argentina, que acabó ganando la Copa porque, además de tener a Messi, tuvo más ganas que ninguna otra nación de conquistarla. La quiso con tantas ganas que ya la tiene. Esa ilusión, un intangible que cuenta y mucho en el fútbol, es la que tiene un equipo de la Segunda RFEF como el Juventud Torremolinos, que quiere seguir haciendo historia tras haber eliminado al Huesca en la ronda anterior de la Copa del Rey, competición de las sorpresas.
En estos dieciseisavos de la Copa del Rey reciben al Sevilla FC (21.00 horas) en un día único: pocas veces podrán jugar en El Pozuelo contra un campeón de Europa y uno de los históricos del fútbol español. Aunque no deja de ser un club grande, el equipo hispalense está viviendo una temporada muy mala, hasta el punto de estar en puestos de descenso en LaLiga, y que además acude a la cita muy mermado de futbolistas y en pleno terremoto por la rescisión de contrato de Isco, que no estará tras sus desaveniencias con Monchi.
El entrenador argentino Jorge Sampaoli, que sustituyó en el cargo a Julen Lopetegui ya iniciada la temporada, ha intentado aprovechar el parón motivado por el Mundial para hacer una especie de pretemporada con la que inculcar sus ideas, pero lo ha tenido complicado ya que hasta diez jugadores se le fueron a Catar con sus selecciones y ello se une a la larga lista de lesionados.
Sampaoli sólo puede contar para el duelo con once futbolistas del primer equipo. Entre lesionados y mundialistas, la situación ha obligado a llamar a siete canteranos. Hay que recordar que la normativa obliga a tener siempre en el campo a un mínimo de siete jugadores con ficha profesional, por lo que el peligro de alineación indebida es una realidad existente.
El Juventud Torremolinos, por su parte, llega tras eliminar en la primera eliminatoria al Huesca en los penaltis. Vivieron el éxtasis de la gesta y este miércoles pueden incluso superarse en mérito. El conjunto malagueño, decimosexto en la clasificación liguera con catorce puntos, se encuentra en descenso y en una situación complicada a cuatro puntos de la permanencia en la cuarta categoría del fútbol español. Aunque llevan semanas pensando en este día y saldrán a morder, como han asegurado cada jugador que se ha expresado en los medios.
La victoria de la pasada jornada que rompió una racha muy negativa de once jornadas sin vencer -ganaron al Recreativo de Huelva (4-2), uno de los fuertes de la competición y que lucha por el ascenso directo- ayudará mucho a ese nivel de excitación y motivación por tumbar al Sevilla.
El partido de sus vidas
Las estadísticas del Juventud Torremolinos, un club de 64 años de vida, que siempre se ha movido en Tercera División y que da nombre a una de las localidades más importantes de la Costa del Sol, no son excesivamente buenas. Este año han jugado 15 partidos disputados con dos victorias, ocho empates y cinco derrotas, doce goles a favor y diecisiete en contra.
Su técnico, Ibon Pérez Arrieta, un trabajador del fútbol que fue jugador de varios equipos, entre ellos El Palo, cuenta con una plantilla amplia y joven, donde destacan el delantero Javi López, exjugador del Málaga y que llegó a debutar hace varias temporadas en Primera División con el entrenador Juan Ramón López Muñiz.
También destaca el lateral derecho Miguel García, que ha disputado todos los encuentros de Liga; el centrocampista Javi Amaya, veterano y goleador, y el mediocentro polivalente Jan Gerrit, otro jugador con amplio bagaje en equipos como el Málaga o el Numancia.
La entidad torremolinense se planteó disputar el encuentro en La Rosaleda, aunque finalmente, tras no llegar a un acuerdo con el Málaga CF, decidió apostar por su estadio con una gradas supletorias para completar un aforo que superará los 4.000 espectadores. El Pozuelo estará cerca del lleno y además se emitirá por La 1 de Televisión Española.
Y eso que el lcub, para recaudar lo máximo posible, puso a la vente entradas a precios que oscilan entre los 40 y 70 euros, pero el público ha respondido igualmente. Las instalaciones también han tenido mejoras en la iluminación, lo que solicitó la Federación Española al ser televisado por la noche.
Todo listo para encarar el Día 'D' de los torremolinenses, la mayoría de sus jugadores con una doble vida: la del fútbol y la de estudiar o trabajar para llegar a fin de mes. Es un ejército de hombres llamados David con un Goliat herido como el Sevilla. En la Copa, como en la historia de la Biblia, todo es posible.
