El incipiente 2016 entrará cargado de buenas noticias para la historia de nuestra ciudad. El abandono, la ruina y los contrafuertes de hierro han sido los protagonistas durante lustros y lustros del insigne convento carmelita de San Andrés, ubicado en el barrio de El Perchel.
El histórico edificio de la orden de los Carmelitas Descalzos fue erigido en el año 1584 sobre una antigua ermita que fue el lugar de culto de los pescadores de la zona en el siglo XVI. La llegada de Fray Gabriel de la Concepción para cuidar a los enfermos de una epidemia mortífera que asoló Málaga en torno a 1582 permitió que el cabildo concediese la construcción de la actual iglesia del Carmen y la cesión de la citada ermita a los carmelitos como convento de San Andrés.
En sus más de 400 años de historia, el inmueble religioso ha sido reutilizado, ampliado y transformado para diferentes menesteres, especialmente con la llegada de la industrialización y la desamortización de Mendizábal de 1836, ocupándose el espacio sobre todo por almacenes y en épocas recientes, talleres de coches.
Pero este 2016 será el año en el que este ejemplo de arquitectura religiosa recuperará el esplendor de antaño. No en vano, se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que el Ayuntamiento, a través del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) y la Oficina de Rehabilitación del Centro Histórico, tiene previsto la licitación de la obra de rehabilitación de la primera fase del proyecto arquitectónico, realizado por José Ramón Cruz del Campo, para el próximo primer trimestre, según apuntó el gerente del IMV, José María López, quien agregó que el ·”objetivo” es iniciar la recuperación de esta primera fase “en el próximo año”. “Estamos esperando a que la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía dé el visto bueno a la documentación aportada para después licitar la obra”, apostilló.
Esta primera rehabilitación integral del convento comprende la recuperación primitiva del refectorio, edificio en el que pasó su última noche el general liberal José María Torrijos y sus 49 compañeros para la mañana siguiente ser fusilados en las playas de San Andrés por orden del rey Fernando VII, junto a su característica bóveda de ladrillo, actualmente reforzada con estructuras metálicas.
En cuanto al destino final del refectorio, según el gerente municipal, será la Asociación Torrijos, mientras que el inmueble ubicado en la calle Eslava y que albergó antes un restaurante se destinará a la Fundación Carnaval de Málaga. “Se va a llevar a cabo una rehabilitación integral de estos edificios y la recuperación de sus elementos originales”, destacó López sobre esta primera obra que unirá ambos edificios mediante una plaza abierta de naranjos.
Esta primera intervención constructiva representa una inversión de algo más de 1,2 millones de euros, de los que el Ministerio de Fomento aportará casi 659.000 euros procedentes del denominado 1,5 por ciento cultural.
Los plazos para la segunda fase de rehabilitación del convento de San Andrés son distintos. El proyecto arquitectónico será realizado por Rafael Roldán, quien firmó la adaptación del Palacio de Villalón en Museo Carmen Thyssen de Málaga. Tras las obras, el conjunto arquitectónico servirá como “espacio ciudadano”, para albergar asociaciones y fundaciones de este barrio malagueño.