No es cosa de películas de bajo presupuesto: agentes de la Policía Local de Málaga detuvieron en dos actuaciones diferentes este mismo año a sendas personas como presuntas autoras de delitos de desobediencia, resistencia y atentado a agentes de la autoridad después de que se pusieran agresivas y se negaran a recoger las cacas depositadas en la vía pública por sus perros.
Desde el año 2009, en los últimos ocho años, los agentes han sancionado a un total de 2.258 propietarios o tenedores de animales por no recoger las deyecciones de los animales o permitir que orinen o defequen en aceras y otros espacios de tránsito, según informó la Policía Local de Málaga en un comunicado.
El pasado año los agentes realizaron numerosos seguimientos y vigilancias en zonas donde se producen este tipo de situaciones habitualmente o por las denuncias de los propios vecinos o colectivos. Esto dio lugar a 381 denuncias por no hacerse cargo de su recogida o limpieza.
Bronca en la calle
desde la Policía local se recordó que en febrero pasado en la calle La Hoz una patrulla observó cómo un individuo que paseaba a un perro se desentendía de recoger los excrementos del mismo, por lo que los agentes lo identificaron, aunque hizo caso omiso en varias ocasiones a las indicaciones e incluso llegó a propinar un empujón a uno de ellos, tras lo cual, huyó corriendo; aunque fue interceptado y detenido.
El otro caso se produjo en abril, en la calle Bulevar Adolfo Suárez, donde una dotación de policías locales de paisano estaba realizando labores de vigilancia con motivo de las denuncias vecinales motivadas por la no recogida de las defecaciones caninas, que en algunos casos se deben a que los propietarios dejaban salir solos a los animales “para desentenderse así de sus deberes ciudadanos de convivencia y civismo”. Entonces, vieron que un perro suelto hacía sus necesidades en la vía pública, lo siguieron hasta un portal cercano, donde, tras subir hasta la tercera planta, se introdujo en un piso que se encontraba con la puerta abierta.
Tras llamar, salió un hombre del mismo que reconoció ser el propietario del can, siendo instado a hacer entrega de su documentación para ser sancionado por contravenir la ordenanza municipal de Convivencia Ciudadana. Sin embargo, en vez de colaborar, el hombre se puso cada vez más agresivo y se negó a entregarles su documentación. Además, insultó y gritó a los agentes, a los que llegó a manifestar “que había pagado recientemente una multa por ese tema de 267 euros y no lo iban a multar más”.
A pesar de instarlo en varias ocasiones a calmarse y a facilitar su documentación, el individuo continuó negándose, propinando un empujón a uno de los agentes al que arrastró hasta el borde de la barandilla del rellano de la escalera con la intención de hacerlo caer por el hueco. Ante los hechos, los agentes redujeron al hombre y lo detuvieron.