La ciudad de Málaga se posiciona como una de las mejores para vivir y, al parecer, para respirar. Así, la Comisión Europea incluyó Málaga en la lista de las diez urbes europeas con mayor calidad de vida tras analizar diferentes aspectos como infraestructuras y servicios, oportunidades laborales, vivienda, espacios verdes, limpieza y contaminación ambiental, entre otros.
El estudio se realiza en cumplimiento de lo dictado por la Junta de Andalucía, que ha delegado en los municipios de más de 100.000 habitantes el control de la contaminación generada por el tráfico de vehículos
Ahora, el Ayuntamiento de la capital viene a confirmar este hecho, tras concluir la primera fase del diagnóstico del Plan Sectorial para la Mejora de la Calidad del Aire de Málaga, asegurando que la ciudad presenta los niveles de contaminación “más bajos” de las grandes ciudades españolas.
Así, el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, presentó los resultados del estudio diagnóstico elaborado con la colaboración del Colegio Profesional de Licenciados y Graduados en Ciencias Ambientales de Andalucía (Coamba), cuyo presidente, Manuel Barrera, asistió también a la presentación del informe que se remitirá a las Consejerías de Medio Ambiente y de Salud de la Junta.
Los resultados de este estudio, redactado en el transcurso de un año en cumplimiento del artículo 25 del Decreto Andaluz 239/2011 que regula la calidad del medio ambiente atmosférico y crea el Registro de Sistemas de Evaluación de la Calidad del Aire en Andalucía, servirán de base para diseñar la planificación de propuestas y actuaciones futuras, así como para señalar los objetivos que se tendrán en cuenta, entre otras medidas, en la elaboración del Plan de Movilidad Sostenible de Málaga.
De este modo, los municipios con población superior a 100.000 habitantes y las aglomeraciones urbanas deben adoptar planes y programas para el cumplimiento y mejora de los objetivos de calidad del aire, en el marco de la legislación sobre seguridad vial y de planificación autonómica.
Los datos utilizados en la redacción del informe fueron obtenidos por las estaciones de seguimiento de calidad del aire que tiene la Junta de Andalucía en la ciudad -ubicadas en Campanillas, avenida Juan XXIII, El Atabal y Carranque-, a las que el Ayuntamiento incorporará este año un nuevo punto de control en la zona este para completar la cobertura del término municipal.
El trabajo se completó con los datos obtenidos en los proyectos pilotos del Ayuntamiento para la medida y control de la calidad del aire; el programa Civitas con sensores móviles en autobuses; el programa Urban Mobile Sensors de Urban Clouds con medidores ubicados en bicicletas y en estaciones fijas distribuidas por la ciudad; o el programa Curmos, que recaba datos recogidos por dispositivos ubicados en los carritos de los carteros, que permiten realizar un mapeado de la calidad del aire en Málaga.
Los autores del diagnóstico analizaron tanto las fuentes de emisión de contaminantes atmosféricos -los focos-, como sus niveles de inmisión en el aire -la concentración de sustancias contaminantes existente al nivel del suelo- y según lo registrado por la red de medidores, “no existen en Málaga superaciones de los niveles de contaminantes que fija la normativa y la Organización Mundial de la Salud OMS en la mayoría de los contaminantes del aire”.
Tan sólo existen superaciones de valores máximos diarios de forma puntual para partículas (PM10) y ozono troposférico (O3). Estos contaminantes son derivados del tráfico rodado y, en el estudio, las concentraciones de contaminantes se ha comprobado que “han disminuido considerablemente en los dos últimos años”.
