La situación que se vive en el Área de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga es "históricamente desbordante", han indicado desde el Sindicato Médico de Málaga (SMM) a Viva Málaga.
Aseguran que con un área de salud mental que comprende desde el propio hospital hasta Estepona, incluido Cártama, los profesionales "han de cubrir el área de asistencia más extensa de Andalucía, con lo que supone eso en la conciliación socio familiar en desplazamientos y vivienda, pulverizando no solo el número de camas de psiquiatría por habitante, sino también el ratio facultativo-población, el peor del mundo civilizado".
La situación de ingresos en el Área de Agudos del hospital, según el SMM, "hace que no sea infrecuente encontrar aún camas de ingresados en los pasillos por falta de infraestructura" y que el "déficit crónico" de especialidad en la Costa, también obliga a prestar servicios en la Agencia Sanitaria Costa del Sol, "en un parche administrativo para que personal estatutario cubra necesidades de personal laboral".
El ambiente "de presión y desgaste" que se arrastra, dicen, " de forma más que prolongada", ha provocado que "un psiquiatra con más de una década de experiencia laboral y con contrato estable renunciara a su puesto en la Unidad del Hospital Marítimo".
Ahora, aseguran, en este centro sanitario "desde hace ya un mes se produce otra vuelta de tuerca debido a la ausencia de contrataciones que ha decretado la Consejería de Salud" de modo que la baja de dos administrativos (de los tres con los que cuenta la unidad), ha supuesto "que sean los propios psiquiatras los que realicen las labores de citar, distribuir y llamar a pacientes, funciones que no son propias de los facultativos".
El panorama, para el SMM, es "dantesco" ya que los psiquiatras y psicólogos "son interrumpidos en consulta (donde la entrevista y situaciones no verbales suponen el gran peso de su terapéutica e intervención) para resolver problemas de citas o distribución de agenda a pacientes que acuden con problemas de burocracia, pero necesarios para la organización".
Además, "el retraso en las consultas y en la agenda ya es evidente, y la presión psicológica a la que son sometidos los profesionales de la Salud Mental roza ya lo insoportable. Si no es en mitad de la consulta, en su tiempo de formación o fuera de su horario laboral y no remunerado, son los propios psiquiatras quienes deben desempeñar la labor administrativa de comunicar por teléfono a los pacientes y crear y modificar las agendas, con lo que provoca el enojo de los usuarios", dicen desde el sindicato..