Siesta de madrigales

Tengo un amigo que dice que tiene un amigo que ha fundado la Cofradía de la siesta divina. Todos coinciden en adorar al bendito San Sofá los viernes por la tarde, ya que según ellos es la mejor tarde para tan apreciada liturgia. Mi amigo me cuenta como desarrolla su protocolo. Ropa cómoda, mantita y televisor a muy bajo volumen. Es muy importante, me advierte, huir de canales que te obliguen a pensar, ya que lo importante es desconectar. Anteriormente eran los documentales de naturaleza, pero despertarse con las imágenes de un despiadado depredador destrozando a una joven presa no era nada halagüeño. Así que, hasta hace unas semanas su canal preferido era uno de dibujos animados, en el que las absurdidades de Bob esponja le ayudaban a conciliar esos maravillosos duermevelas que hacen más gratas las siestas. Pero, el reciente cambio de frecuencias de la señal de televisión ya no le permite sintonizar canales en su añejo aparato receptor. Sin embargo, como afirma nuestro clásico aforismo, no hay mal que por bien no venga, así que mi amigo ahora realiza la adoración del Santo Sofá oyendo Radio Clásica, celebrando un gran descubrimiento. Con unas décadas menos que ahora se apasionó por el canto gregoriano y la música antigua, y cuál fue su alegría al descubrir que a la hora convenida para su introspección vespertina emitían un espacio dedicado a los madrigales. Esta música renacentista es la mayor exhibición de la voz humana, capaz de trasladar tu imaginación a mundos pasados, a mundos mágicos y desconocidos. Está convencido que todos esos mundos de fantasía de gran éxito editorial, recreados en las pantallas, desde El Señor de los Anillos hasta Harry Potter, tuvieron musas que surgieron de estos cantos tan bien equilibrados y de dulces entonaciones. Me cuenta cómo a través de sus acordes se sumerge en un onírico mundo cargado de personajes míticos o desconocidos. Dice que en el último profundizo hasta las entrañas de las tierras de Gominolia, donde reinaba un monarca que le daba el nombre, el Rey Kiki Gominola. Una gata conocida como Partícula errática, como aquel otro congénere de Alicia, era el encargado de guiarle a través de una red de redes. Le descubrió entones que precisamente el origen de Madrigal era Mátrix, y viceversa que Mátrix no era más que un madrigal. Entonces le mostró los beneficios y perjuicios de aquella red que sometía a los gominolas, un pueblo que se dejaba llevar por las corrientes, incluso por aquellas de los vientos de levante. Mi amigo vive desde entonces agobiado por aquel sueño y se propone abandonar la cofradía, a pesar de admitir que los sueños, sueños son. Ya saben aprovechen bien esta tarde para una buena siesta, seguro que todo irá mejor.