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Martes 12/11/2024
 
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Andalucía

Los pacientes con covid-19 persistente siguen sin saber cómo evolucionará su enfermedad

Tampoco hay registro ni tratamiento, si no curativo, al menos estabilizador de los síntomas

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  • mascarillas. -

Cuatro años después de la pandemia se estima que en España hay dos millones de personas con covid persistente que siguen sin saber cómo evolucionará su enfermedad, si desarrollarán complicaciones u otras patología. Tampoco hay registro ni tratamiento, si no curativo, al menos estabilizador de los síntomas.

 Esas "necesidades no resueltas" dan título a la jornada que este jueves celebra la Red Española de Investigación en Covid Persistente (REiCOP) que cumple su segundo aniversario buscando respuestas para una enfermedad emergente y, de momento, crónica que en España se estima padecen más de dos millones de personas, de los que un millón la arrastran desde las primeras olas de 2020.

En una entrevista con EFE, la presidenta de REiCOP, Pilar Rodríguez Ledo, afirma que ante la covid persistente hay "muchas sombras y pocas luces" y sigue siendo una enfermedad invisible "que no se quiere ver, porque no hay soluciones en la mano".

La principal necesidad no resuelta es la incógnita sobre su evolución y la sospecha de que el paciente con covid persistente  entraña más riesgo de desarrollar tumores, diabetes o enfermedad cardiovascular.

"El paciente se merece respuestas a sus necesidades" señala la también presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que lamenta que las personas con covid persistente acaben yendo de un médico a otro, "sin un abordaje holístico" que es el que permitiría tratar al paciente como un todo e iniciar un proceso de seguimiento.

Puestos de trabajo no adaptados

Otra necesidad no resuelta está en el ámbito laboral. Los puestos de trabajo no se adaptan las necesidades de una persona con covid persistente ni se solventan las incapacidades que al hilo de la enfermedad pueden surgir, explica.

Y es que, según Rodríguez Ledo, se ha conseguido mucho en el plano científico, "pero poco a nivel del paciente en la mejora en la atención o en la resolución de los cuadros clínicos".

En la parte científica, uno de los logros es haber conseguido avanzar en un proyecto con el Instituto de Salud Carlos III para mejorar la definición de la covid persistente.

Con este proyecto, se trata de que a partir de la información que se tiene del paciente y con la ayuda de la Inteligencia Artificial o redes neuronales se pueda establecer una probabilidad más aproximada de tener la enfermedad.

La necesidad de un registro

Con este proyecto también se pretende avanzar en el registro, ya que los investigadores que participen van a tener que tener sus propias anotaciones y servirá de empuje para que las administraciones insistan en el lema del año pasado: "Visibilízame, codifícame, diagnostícame".

La covid persistente es una enfermedad muy invalidante, con decenas de síntomas que entorpecen la calidad de vida y afectan mucho al ámbito laboral. Los más recurrentes son el cansancio extremo, el déficit de atención y concentración, y la niebla mental que impide realizar las actividades diarias.

La clínica aguda de un covid puede ser de dos o tres semanas e incluso cuatro. Si en la semana doce no se ha resuelto, lo más probable es que se trate ya de covid persistente.

En la jornada de este jueves, coincidiendo con el segundo aniversario de la REiCOP, también se pondrá el foco en otros avances científicos como la investigación sobre biomarcadores, si bien el problema es que ese avance no tiene su traducción a la práctica clínica, "ya que muchos de esos biomarcadores no forman parte de la cartera de servicios de los sistemas de salud", explica esta experta.

Rodríguez Ledo insiste en que se trata de una patología emergente y aunque cuatro años "puedan parecer mucho, no lo es en el transcurso de una enfermedad".

La presidenta de REiCOP pide que se tome conciencia de las necesidades que hay en torno a una enfermedad, donde hay que avanzar en investigación y en identificar a los pacientes, registrarlos y codificarlos, sin olvidar un abordaje holístico que permita profundizar en los órganos más afectados.

"Y finalmente si la enfermedad no tiene cura, al menos que se pueda cronificar", añade.

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