P. ¿Qué es lo que va a hacer Dupont en el nuevo centro de I+D sobre girasol de Sevilla y qué lo va a diferenciar de otros centros que la multinacional tiene en otros países?
R. Vamos a trabajar en el mejoramiento genético del girasol. Este centro no va a trabajar solamente para España sino que es internacional, se trabajará desde España para el resto de países donde ya hacemos mejoramiento genético del girasol. El cultivo del girasol es básicamente europeo, más del 70% del área de cultivo del girasol está en Europa. Por eso la mayoría de actividades de mejoramiento las hacemos en Europa. Dupont tiene programas en los principales países girasoleros de Europa: España, Hungría, Rumanía, Turquía y Francia, y grandes centros de pruebas en Rusia y Ucrania. En todos ellos desarrollamos híbridos de girasol mejorados respecto a lo que había para ponerlo a disposición de los agricultores. En todos esos centros se desarrollan y prueban híbridos a través de una red de ensayos. Pero esa tarea de desarrollo lleva mucho tiempo, depende de lo que llamamos generaciones de cultivo. Cada generación de cultivo abarca un año –o dos si utilizamos criaderos de invierno-. Y en los desarrollos utilizamos diez o doce generaciones de cultivos, lo que supone no menos de 5 ó 6 años. Estos tiempos son muy largos para el desarrollo de productos. Por eso, lo que hemos establecido en Sevilla es un centro donde algunas de las actividades que se hacen durante todos esos años se van a hacer mucho más rápido. Y ello porque aplicamos tecnologías que nos permiten realizar cuatro o cinco generaciones por año. Ese es uno de los aspectos diferenciales de Sevilla. Otro de ellos es un laboratorio de patología donde vamos a hacer inoculación de plagas y enfermedades que afectan al girasol -de forma totalmente controlada- para identificar los individuos que son más resistentes a ellas. Estos son los dos aspectos clave, pero también trabajamos en otros cultivos como el maíz o la colza. En cualquier caso, más del 80% de las actividades de investigación que realizamos son sobre girasol. Por eso este centro sirve a otros centros de la empresa en actividades específicas.
P. Vosotros trabajáis con híbridos genéticos, no con semillas modificadas genéticamente o transgénicas. ¿Puede explicar más detalladamente esta diferencia?
R. Ninguna compañía a nivel internacional desarrolla girasoles transgénicos. Lo que nosotros hacemos son aplicaciones de genética tradicional utilizando los métidos más modernos disponibles. Pero no creamos organismos transgénicos. La tecnología de creación de híbridos es muy antigua, los primeros híbridos de maíz aparecen en la década de los años ’30 del siglo pasado. Se trata de aprovechar un factor que existe en la naturaleza que es el del vigor híbrido. Cuando dos individuos genéticamente muy alejados se juntan, su descendencia presenta un vigor híbrido para diferentes características. Y eso es lo que nosotros aprovechamos cuando hacemos mejoramiento genético. Un híbrido es básicamente una mezcla de líneas genéticas que están muy alejadas y que, cuando se cruzan, producen un híbrido de muy alto rendimiento.
P. Volviendo al centro en sí, ¿qué esperáis de él a corto plazo? ¿Y a medio y largo plazo?
R. El primer resultado que esperamos obtener es que los híbridos que tenemos en el mercado europeo tengan todas las características deseables en cuanto a defensas, calidad del aceite y resistencias a herbicidas. Básicamente es convertir un híbrido que, por ejemplo, no era resistente a una enfermedad o a una planta parásita (en España, el jopo), en resistente. Si tenemos híbridos adaptados a las condiciones de España pero que no tienen resistencia completa al jopo, lo que queremos es rápidamente convertir esos híbridos en resistentes. O convertirlos rápidamente a alto oleico, que es una calidad del aceite diferenciada. O una rápida conversión a resistencia a herbicidas. Todo ello facilita la labor del agricultor porque le dan esta herramienta, por ejemplo, de tolerancia a herbicidas que no tenía en el pasado. A medio y largo plazo, la principal actividad será reducir el tiempo de obtención de nuevos híbridos, desde cinco a dos años. Es decir, aceleramos la ganancia genética de los distintos ciclos de mejoramiento de las semillas. En plazos más cortos se lanzan al mercado híbridos con rendimientos mejorados y cada vez más altos. La otra actividad clave a medio y largo plazo, en colaboración con los laboratorios de patología, es identificar características defensivas a plagas o características de calidad de aceite. Luego comprenderlas y posteriormente introducirlas en los híbridos que comercializamos. Esperamos avanzar más rápido en cuanto a rendimiento, adaptación a las condiciones ambientales y en la introducción de todas estas características útiles en los híbridos a los que accede el productor.
P. En Andalucía, que acapara un tercio de la superficie de girasol que se cultiva en España, disminuye el volumen de hectáreas destinadas a él desde hace años. Mirando fuera de España, ¿está el cultivo de girasol en auge o no?
R. A nivel mundial, la superficie de girasol se mantiene o tiende a crecer lentamente. El aceite convencional de girasol o el alto oleico tienen alta demanda a nivel internacional y eso va a hacer que el cultivo se siga demandando. Lo que sí sucede es que en el mundo ha habido un cierto corrimiento de las hectáreas de girasol. Países que eran grandes productores en el pasado como Argentina o EEUU, han reducido la superficie significativamente, y países como Rusia y Ucrania en particular pero en general todos los que están alrededor del Mar Negro que han aumentado la superficie en los últimos años. Europa ha tomado mucha más participación en la superficie mundial de girasol de la que tenía. Europa siempre dominó la producción de girasol, pero ahora mucho más. En España, y como cultivo resistente a la sequía, va a seguir siendo una muy buena opción para los agricultores. Es verdad que los agricultores disponen de muchas opciones como la colza, y otras nuevas.
P. Las semillas híbridas, como las modificadas genéticamente, generan semillas estériles. Por eso se teme que los agricultores queden presos de unos pocos proveedores de semillas en todo el mundo. ¿Qué responde a estos temores?
R. En el caso de un híbrido, el grano que se cosecha no se puede volver a sembrar. No porque no germine, sino porque segrega, como decimos en términos genéticos. Cuando un agricultor planta un híbrido, todas las plantas son iguales. Uno ve un cultivo parejo, que madura al mismo tiempo, crece lo mismo, que es lo que el productor busca. Si uno sembrara la semilla que cosecha, se encontraría con que un 25% serían plantas ramificadas, otros 25% serían plantas estériles, habría variabilidad en altura, en maduración, y eso no sería un cultivo rentable. Hay lugares en España, como en zonas de Castilla-La Mancha con condiciones de sequía severa, donde se cultivan variedades antiguas en las que el agricultor puede sembrar las semillas que cosecha. Pero si esas semillas se sembraran en Andalucía, no podrían competir con las de un híbrido. Y pese a que el productor que usa híbridos tiene que comprar las semillas. Sería más rentable para el agricultor usar semillas híbridas que no las de polinización abierta.
P. Con respecto a los otros cultivos sobre los que también vais a investigar, como el maíz o la colza, ¿qué es lo queréis hacer en el centro de Sevilla?
R. Dupont trabaja con muchos cultivos, pero los tres más importantes para Europa son el maíz, que es el número uno y que es el principal producto para nosotros, el girasol y la colza. Fuera de Europa tenemos grandes inversiones en investigación en soja, arroz y trigo. En maíz en concreto tenemos grandes programas de investigación en Europa y en Sevilla en particular tenemos un programa de evaluación de sequía. En el Valle del Guadalquivir evaluamos híbridos que tienen diferentes niveles de resistencia a la sequía, evaluamos miles de híbridos en estos ensayos, y evaluamos también según distintos tipos de sequía. Al utilizar riego por goteo decidimos si es una sequía en floración, terminal, etc… Esto nos permite identificar los híbridos que mejor se comportan ante distintas situaciones de sequía, y luego recomendar los que tienen mejor comportamiento según las condiciones de sequía que se den. Es decir, son híbridos que tienen un alto potencial de rendimiento en buenas condiciones y que resisten determinados tipos de sequía. En cuanto a la colza, nuestros programas de investigación están en Francia o Alemania, que son los principales mercados. Desde Sevilla ofrecemos ensayos de resistencia a plantas parásitas. Existe también jopo para la colza y vamos a aprovechar nuestras capacidades aquí también.
P. En Andalucía se cultivan muchos tipos de productos, ¿estaría abierta Dupont a colaborar con otras instituciones públicas o privadas para hacer investigaciones en otros cultivos?
R. Nosotros estamos siempre abiertos y buscando la colaboración de instituciones públicas. Ya tenemos colaboraciones con universidades y con institutos dependiente del CSIC. Pero en los cultivos en los que ya trabajamos. En cuanto a otros cultivos, dependerá un poco de la estrategia de la compañía. Por ejemplo si queremos introducir nuestra actividad de trigo en Europa. Pero siempre cultivos agrícolas, porque Andalucía tiene además de su importantísima área agrícola tiene una más que importante área hortícola. Y a día de hoy no somos una empresa de semillas hortícolas. Nuestro interés particular pasa, por ello, por los cultivos agrícolas.
P. A nivel mundial hay un proceso de concentración de los productores de semillas, como Bayer y Monsanto. Igual que antes, quería preguntarle: ¿Disminuye las posibilidades del agricultor o le ofrece mejores semillas para obtener mejores producciones?
R. En general, estas grandes fusiones que estamos viendo tienen relativamente poca superposición. Son compañías muy complementarias en sus actividades y en su foco. No es que ambas hicieran lo mismo y ahora sale un jugador del mercado. Se busca obtener mejores sinergias entre las compañías y el que termina siendo beneficiado es el agricultor porque se desarrollan mejores condiciones tecnológicas para sus cultivos. En este caso concreto, una de las compañías es muy fuerte en semillas y la otra en agroquímicos.
P. ¿Por qué querrías, como director del centro, que se reconociera a esta instalación de Dupont en Andalucía?
R. Como compañía, aspiramos a que el centro siga creciendo brindando los servicios que ya ofrecemos en girasol y continuando la expansión hacia nuevos cultivos. Las características del centro y de Andalucía hacen que sea ideal para ello. Dentro de Andalucía, me gustaría que creciera como referencia tecnológica en el sector agroalimentario en una región que, agroalimentariamente, es extremadamente importante.