Han pasado muy pocos días desde la muerte de Paco Zúñiga, y el deseo de hacer viva su memoria ya empieza a materializarse en iniciativas. Desde los Consejos Parroquiales de Santa María la Mayor, donde tantos años prestara colaboración, se ha emitido un comunicado en el que se ha querido plasmar el sentir de la congregación tras los tristes hechos, al tiempo que se hacen algunos anuncios relevantes en relación con la recuperación de su recuerdo.
“Trascurridos unos días desde el fallecimiento de nuestro querido Francisco José Zúñiga Martín, víctima de una cruel agresión en las puertas de nuestra Iglesia de Consolación, el párroco y demás miembros de los Consejos Parroquiales de Pastoral (del que él formaba parte) y Economía, de Santa María la Mayor de Alcalá la Real, queremos manifestar: nuestro agradecimiento a título póstumo a Paco por su entrega, dedicación y buen hacer totalmente desinteresado, durante los años que ha servido a nuestra parroquia. Nuestro dolor y pesar por su repentino e inesperado fallecimiento, haciéndolo extensivo a toda la comunidad parroquial, a la sociedad alcalaína y especialmente a su hermano, cuñada, sobrinos y demás familiares. Nuestra condena y rechazo de éste y cualquier otro acto violento, especialmente los que dañan o quitan la vida a un ser humano. Pedimos, eso sí, que la justicia humana actúe sobre quien ha perpetrado este acto y que Dios, en su infinita misericordia, le perdone”.
“Deseamos –continúa el comunicado- que el ejemplo de vida de Paco Zúñiga sea estímulo para todos a la hora de promocionar valores humanos y cristianos como la amistad, la servicialidad, el espíritu de superación, la constancia, abnegación, cordialidad, respeto… y especialmente la fe en Jesucristo y en su Iglesia”.
“Nos comprometemos a mantener viva su memoria creando el Premio parroquial Paco Zúñiga, otorgable anualmente a uno de los catecúmenos de Santa María la Mayor que reúna cualidades humanas y virtudes cristianas como las anteriormente reseñadas.
Queremos dejar constancia perpetua de su vida y del hecho de su muerte, colocando una placa conmemorativa en la fachada de la Iglesia de Consolación”.
“Por nuestra fe en Jesucristo, muerto y resucitado, y con la esperanza en la vida eterna, pedimos al Señor le conceda participar de ella como premio a su entrega martirial sirviendo a la Iglesia. Y que él vele por esta parroquia y por toda la ciudad y aldeas de Alcalá la Real a la que siempre ha llevado en el corazón”, concluye el comunicado.
