Un clásico por el liderato y por la reivindicación de un estilo
El clásico del fútbol español, el partido que para el país durante 90 minutos, llega a su primera entrega en el Camp Nou pendiente del duelo entre los dos mejores futbolistas del mundo, Leo Messi-Cristiano Ronaldo, con la participación del argentino en el aire en este choque por el liderato.
Dos estilos diferentes de entender el fútbol se enfrentan en el Camp Nou. El Barcelona del toque y el fútbol brillante con el que conquistó todos los títulos posibles se enfrenta al nuevo Real Madrid, renovado a base de talonario, que juega a impulsos de sus estrellas pero con una pegada que le ha convertido en líder de Liga.
Recibe el Barcelona al Real Madrid con un objetivo claro, recuperar ese liderato que el conjunto blanco le arrebató la pasada jornada y con la duda de si podrá contar con sus dos mejores bazas ofensivas, el argentino Lionel Messi y el sueco Zlatan Ibrahimovic.
Ambos delanteros no jugaron el pasado martes ante el Inter de Milán en la Liga de Campeones y, pese a ello, el Barça recuperó su mejor versión, exhibiendo de nuevo aquel fútbol de velocidad, toque y presión con el que deslumbró la pasada campaña.
De momento, parece que tanto Messi como Ibra se encuentran mucho mejor de sus molestias musculares, y ayer se entrenaron al mismo ritmo que el resto de sus compañeros.
Sin embargo, no será hasta la sesión a puerta cerrada que el técnico azulgrana ha programado para el domingo por la mañana en el Camp Nou cuando Guardiola tome la decisión del concurso de ambos en el clásico.
El entrenador del Barcelona recupera también a Touré Yaya, afectado los últimos días por el virus de la gripe A, por lo que, por primera vez esta temporada tiene a los 21 jugadores disponibles, incluido Gabriel Milito, que no estará en la lista pero que ya se ejercita al mismo ritmo que sus compañeros.
Antes del partido, Guardiola tendrá que descartar, por tanto, a tres jugadores. Ninguno de ellos será Ibrahimovic, que probablemente juegue de salida, ni Messi, que a priori empezará en el banquillo.
El sueco, un 9 puro, desplazaría a Henry a la banda izquierda y retrasaría la posición de Iniesta que actuaría como pareja de Xavi en el centro del campo en detrimento de Keita.
Touré Yaya podría sustituir a Sergio Busquets como pivote defensivo, y el resto de la alineación sería la misma que tan buen rendimiento dio contra el Inter.
Con este planteamiento los azulgranas intentarán ganar por segundo año consecutivo al Madrid en el Camp Nou (la pasada campaña se impusieron por 2-0 con goles de Eto’o y Messi), algo que no pasa desde hace diez años.
Pero no fue esa derrota madridista, con un equipo de circunstancias y con Juande Ramos recién aterrizado en el banquillo blanco, lo que recuerda la plantilla del Real Madrid.
El sentimiento de venganza con el que viajan fue causado por el doloroso 2-6 del Santiago Bernabéu. “Una espina clavada en lo más hondo”, como reconoce Pepe antes de afrontar el reto de asaltar el Camp Nou.
La fe de dar un golpe en la mesa, marcharse cuatro puntos en la clasificación y fulminar de un plumazo las críticas, es el sentimiento del vestuario madridista. Niegan que intenten jugar como el Barcelona, porque los futbolistas tienen características diferentes, y sintiéndose más fuertes con el regreso de Cristiano Ronaldo desean reivindicar su fútbol directo.
Y es que Manuel Pellegrini puede cambiar de idea sobre la marcha. Desde su llegada intenta eliminar la idea de jugar al contraataque, salir a tener la pelota, pero el equipo que alineará en el Camp Nou plantea la velocidad como el principal arma para destruir la elaboración azulgrana.
El técnico chileno cuenta con las bajas de Guti, Metzelder y Van Nistelrooy por lesión. Ninguna afecta a su idea de equipo tipo. Además, deja a Gago en Madrid y le enseña la puerta de salida del club. Piensa en un once con Cristiano y Benzema como bazas ofensivas. Sin el capitán Raúl González y con la duda de Higuaín.
Es el Pipita el jugador en mejor racha goleadora del equipo. Su estado genera duda en Pellegrini que medita retrasar su posición y ubicarle en la derecha para pasar a Cristiano al costado izquierdo. El perjudicado sería Marcelo.
La otra duda de Pellegrini está en defensa. Raúl Albiol arrastra una elongación muscular en la rodilla derecha. Es duda hasta última hora. Si no está para jugar será Ezequiel Garay su sustituto.
Busca mantener la seguridad defensiva después de tres encuentros sin encajar un solo gol, pero también alejado de la pegada al vencer siempre por 1-0. En Barcelona no ganará sólo un equipo sino también un estilo de juego.
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