Eso sí, todos coinciden en que una reducción de carteras no sería más que un mensaje simbólico de austeridad en un momento en que se ha pedido a los ciudadanos que se aprieten el cinturón, porque el ahorro real sería muy pequeño.
De hecho, algunos diputados sostienen que José Luis Rodríguez Zapatero no debería entregarle "gratuitamente" esta batalla al PP --"el PP lo que querría es quitar las políticas de Vivienda o de Igualdad", advierte uno de los consultados-- y, con ese argumento, no es probable que ceda a su exigencia de eliminar la Vicepresidencia tercera del Gobierno que ostenta Manuel Chaves.
Es más, una de las opciones barajadas sería reforzar este departamento haciendo depender de él políticas cuya competencia está transferida a las comunidades autónomas y que pasarían de tener ministerio propio a ser secretarías de Estado.
Otras posibilidades serían integrar Vivienda en Fomento, Trabajo con Sanidad y Política Social e Igualdad o Educación y Ciencia --la opción de Educación más Cultura gusta menos en el PSOE porque este fue el modelo de los 'populares'--.
No obstante, ello supondría para Zapatero renunciar a algunas de las señas de identidad de su proyecto. "Ahora estamos en otro momento, de austeridad, en toda Europa se va hacia los macroministerios", argumenta un socialista.
Otro factor a tener en cuenta es que quienes se queden sin cartera necesitarán un destino, por eso, mientras algunos creen que Zapatero cambiará el Gobierno el 1 de julio, nada más terminar la presidencia europea, otros apuestan por septiembre, para hacer coincidir la crisis con la elaboración de listas para las municipales y autonómicas de 2011.
Semana sombría
La posibilidad de que Zapatero tenga que reducir su gabinete ha empezado a calar en las filas socialistas mientras 'digieren' que el Gobierno haya tenido que tomar medidas a las que hasta ahora se había resistido: la reducción del sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones y la eliminación del cheque-bebé, entre otras.
Y eso que los consultados están convencidos de que no será el Gobierno en pleno, sino el propio Zapatero, quien asumirá personalmente la mayor parte del desgaste por la impopularidad de las medidas, puesto que ya hace años que la 'marca PSOE' está bastante personalizada en su secretario general.
Con todo, algunos advierten de que esto no implica un declive para Zapatero sino, bien al contrario, que el presidente está "en un punto de inflexión" del que puede salir con la imagen de líder sólido y valiente que ha sido capaz de tomar medidas impopulares cuando ha sido necesario.
Paños calientes
Para ello, sostienen, es necesario que las medidas sean eficaces y que el Gobierno las gestione bien, diciendo claramente a los ciudadanos que la situación económica es muy difícil y sin tratar de poner "paños calientes".
Con esa perspectiva, todo el partido ha cerrado filas y defiende sin ambages que los recortes son imprescindibles, que no se puede hacer otra cosa dado el ataque de los mercados contra el euro y, además, que el momento adecuado para hacerlos es precisamente éste, cuando la economía está saliendo de la recesión. Si el gasto se hubiera recortado antes, argumentan, la recesión habría sido más grave.
Para los socialistas, Zapatero tiene tiempo hasta 2012 para recuperar su valoración y también para decidir si volverá a presentarse o no. Algunos sitúan su decisión y su anuncio a finales de 2011, pocos meses antes de las próximas generales.
