Al término de la cuarta sesión del juicio, el teniente fiscal, Fernando Burgos, ha solicitado a la sala esta nueva declaración –la del primer político en la vista– al entender que con lo escuchado hasta el momento es necesario que Jiménez Ugarte comparezca para intentar alcanzar una “visión razonable y admisible” que ayudaría a alcanzar lo que fue la “verdad histórica” de los hechos.
No obstante, el tribunal ha aplazado su decisión hasta que concluya la fase testifical, que previsiblemente ocurrirá el próximo martes con la declaración del entonces jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), Luis Alejandre, al que el jueves citó el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, a instancias de la defensa del principal acusado, el general de Sanidad Vicente Navarro.
Burgos argumentó su petición no sólo por el cargo que ocupaba Jiménez Ugarte ni porque fuera nombrado “coordinador con las familias”, sino por las entrevistas que mantuvo con los familiares de los militares fallecidos el 26 de mayo de 2003 en Trebisonda (Turquía) cuando éstos comenzaron a sospechar que las identificaciones se habían realizado erróneamente y le pidieron explicaciones.
El jueves, Carlos Ripollés, hermano de uno de los fallecidos, denunció que las entrevistas mantenidas con Jiménez Ugarte habían sido humillantes porque en ellas “se volvía loco con amenazas y gritaba como un energúmeno”.
Además del número tres de Trillo, el Ministerio Público ha pedido que también testifiquen el fiscal general de Trebisonda (Turquía), Burham Cobanoglu; el director del instituto forense de Estambul, Keramettin Kurt, así como los cuatro médicos y biólogos que intervinieron como patólogos en la identificación de los 62 militares fallecidos.
Antes de estas peticiones, el tribunal ha escuchado el testimonio del teniente coronel Coca, que fue quien aconsejó al comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez –dos de los acusados– que los informes de necropsia que realizaron en la base de Torrejón el 28 de mayo los fecharan en Trebisonda un día antes.
“Entendí que debía ponerse la fecha de donde se tomaron los datos macroscópicos de los cadáveres”, comentó el testigo, que ha añadido que así lo hizo porque “es una práctica habitual en las autopsias”.
BONO AFIRMA QUE SABE MUCHAS COSAS Y PODRÍA DECLARAR
El presidente del Congreso y ex ministro de Defensa, José Bono, aseguró ayer, en relación con el juicio sobre el caso ‘Yak-42’, que sabe “muchas cosas” sobre el accidente, y que está dispuesto a declarar si el tribunal se lo pide.
Según indicó Bono en unas declaraciones a ‘Catalunya Ràdio’ recogidas por Efe, como ministro de Defensa que fue poco después del accidente tuvo la ocasión de conocer muchas cuestiones relacionadas con el siniestro.
Precisó en este punto que se decía “que la identificación de los cadáveres era imposible porque no había muestras de ADN”, lo cual, corrigió, “era mentira, puesto sí que había (muestras)”.