El Gobierno colombiano y el sindicato de profesores de la escuela pública volvieron a conversar hoy para buscar un acuerdo que evite que la huelga de los maestros exhiba este miércoles su fuerza con una protesta masiva en Bogotá.
El presidente de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), Luis Grubert, dijo antes de empezar la reunión que esperan "fórmulas que conduzcan a la finalización del conflicto. Pero yo les anticipo la noticia y es que 50.000 profesores están viajando desde ayer (lunes) para Bogotá".
Tras los desencuentros de los primeros días de huelga nacional, las partes han conseguido ceder algo de terreno, lo que podría suavizar un diálogo que, sin embargo, todavía se antoja complicado.
El mejor ejemplo es la exigencia de mejora salarial, una de las varias reivindicaciones que llevó a la huelga a unos 300.000 maestros el pasado 22 abril y que, tras prolongadas negociaciones durante el pasado fin de semana, parece haber pasado de inamovible a laxa.
De una subida del 28 %, el sindicato Fecode, que aglutina a los maestros de primaria y secundaria en paro, ha reducido sus aspiraciones al 16 %, una cifra que aún no coincide con la del Gobierno, que se mantiene firme y no ofrece más del 12 %.
Otro aspecto peliagudo es el examen de conocimientos que los educadores deben aprobar para ascender y que los profesores piden eliminar porque, aseguran, se basa en parámetros injustos.
No se eliminará pero puede modificarse, responden desde el Gobierno, que se mantiene inamovible pese a la embestida que ha supuesto esta crisis para el Ejecutivo, que convirtió a la Educación en uno de los tres pilares, junto con Paz y Equidad, del segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos (2014-2018).
Así las cosas, las partes se reunieron hoy de nuevo para seguir allanando el camino con el reloj en contra, pues Fecode ya anuncia "la gran toma de Bogotá" para este miércoles cuando se cumplirán, si nada lo evita, dos semanas de huelga.
Hasta seis delegaciones iniciarán este miércoles su recorrido desde las nueve de la mañana en lo que se espera sea otra demostración de fuerza del sindicato de los maestros, que cuenta con apoyo popular.
Si al principio los nueve millones de menores que quedaron sin clases por el paro provocaron las críticas de la opinión pública, conforme pasan los días más padres molestos por la falta de resultados de las negociaciones se sitúan al lado de los educadores.
"Santos, no haga conejo a los maestros (no se burle de los maestros)", fue una de las reclamaciones que hoy unieron a más de 1.500 padres y profesores en un concentración en Bogotá en la que se reclamaron soluciones rápidas a la crisis.
Al mediodía y bajo numerosos paraguas para cobijarse de un sol implacable, los manifestantes respaldaron en la céntrica Plaza de Bolívar el aumento salarial para los maestros, que según Fecode ganan entre 1,3 y 2,3 millones de pesos (483 euros-868 euros) en promedio.
Junto a estos carteles, también se vieron mensajes de rechazo a la ministra de Educación, Gina Parody, y a Santos por lo que consideran es una gestión ineficiente de la crisis.
Ante el escepticismo general, el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, se declaró "optimista".
"Sabemos que 'plata' no hay, pero se deben hacer los esfuerzos por buscar salidas por lo menos en otros temas, como en el de la evaluación, que puede ser aún mejor", afirmó el jefe de la cartera del Trabajo en entrevista con Caracol Radio.
Según reconoció, el clima de tensión por esta crisis ha colocado a ambas partes "bajo la presión de una situación que es dramática" y que ha evolucionado hacia algo que no puede continuar.
Pero pese a las buenas intenciones, la reunión de hoy no comenzó con los mejores ánimos, puesto que la delegación del Gobierno acudió con varias horas de retraso a la cita.
Si el encuentro concluye sin acuerdo, la protesta promete subir el volumen el miércoles con la llegada de "aproximadamente 50.000 docentes, con permanencia de tres días" en la capital, anunció Fecode.
