Rusia se resiste a suspender los bombardeos en Siria, pese a las presiones de EEUU, Turquía y los rebeldes, al negar este domingo que su intervención sea la causa del estancamiento del proceso de paz.
"No fue la operación rusa el origen de la crisis en Siria, sino las actividades irracionales de los países de la OTAN las que hundieron la región de Oriente Medio en el caos", dijo hoy Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio ruso de Defensa, a medios locales.
Desde que el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, anunciara el jueves el aplazamiento de las negociaciones sirias hasta el 25 de febrero todas las miradas se han dirigido a Rusia, el principal aliado del régimen de Bachar al Asad.
Tras semanas de gradual acercamiento entre EEUU y Rusia, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, acusó a la aviación rusa de bombardear de manera indiscriminada las zonas rebeldes y pidió al Kremlin que declarase un inmediato alto el fuego.
Kerry cree que los éxitos militares cosechados por el Ejército sirio con cobertura aérea rusa en los últimos meses son el mejor antídoto contra las negociaciones de paz, ya que las fuerzas de Asad han recuperado la iniciativa.
Mientras el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue más allá al afirmar abiertamente que la aviación rusa está "minando los esfuerzos por encontrar una solución política al conflicto".
"Pues eso es una tontería", replicó hoy Konashénkov, quien recordó que, "gracias a las acciones de las Fuerzas Aéreas Rusas, en unos pocos meses los sirios creyeron que, a pesar de todo, es posible combatir y eliminar el terrorismo internacional en su país".
"Y, como consecuencia, comenzaron a pensar en el futuro de Siria. Si a alguien causan tensión las acciones de la aviación rusa en Siria es a los terroristas", insistió.
Recordó que "hasta la aparición de la aviación rusa en Siria, los países de la OTAN llevaban casi tres años escenificando la aniquilación del terrorismo internacional en el formato de 'lucha de niños de chupete'".
"Por cierto, durante todo ese tiempo nadie en Occidente y menos aún en Bruselas hablaba de alguna clase de negociaciones en Siria. Solo se hablaba de los plazos de la definitiva desintegración del país según el guión libio", dijo.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado hasta la saciedad que la intervención rusa proseguirá mientras continúe la ofensiva del Ejército sirio, que ha logrado recuperar importantes plazas desde noviembre pasado.
Además, el Kremlin mantiene que con el autodenominado Estado Islámico no se pueden declarar treguas, ya que los yihadistas no la respetarían y eso supondría echar por tierra todo el trabajo realizado desde hace casi seis meses.
En caso de que Moscú se atuviera a un alto el fuego, ha advertido que éste nunca beneficiaría a los grupos terroristas, como Ahrar al Sham (El Movimiento Islámico de los Libres del Sham) y Jaish Al-Islam (El Ejército del Islam), cuyos representantes acudieron, aunque a título particular, a Ginebra.
Y es que esa es, en realidad, la manzana de la discordia, ya que lo que Moscú y Damasco consideran organizaciones terroristas, Riad y Ankara, con el apoyo de Washington, los califican a secas de grupos rebeldes.
Ante el aluvión de críticas que le cayeron en la sesión del viernes, el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, respondió que Moscú no puede, en ningún caso, interrumpir su intervención en el país árabe de manera unilateral.
El diplomático ruso precisó que si los rebeldes se comprometen a cesar las hostilidades y la coalición liderada por Estados Unidos suspende sus bombardeos, entonces Rusia podría plantearse un cese del fuego.
Al suspender las negociaciones de Ginebra ante la falta de progresos, De Mistura aludió a la continua falta de acceso humanitario y a la intensificación de los combates y bombardeos aéreos.
Al respecto, Rusia mantiene que sus bombardeos han permitido, de hecho, la apertura de corredores humanitarios y la aviación rusa ya ha lanzado en varias ocasiones cargamentos con productos de primera necesidad.
Y sugiere que la decisión de los grupos opositores apoyados por Arabia Saudí de abandonar Ginebra fue dictada por los avances del Ejército sirio hacia la segunda ciudad del país, Alepo, cuya caída en manos gubernamentales sería un duro revés para los rebeldes.
Rusia recuerda siempre que puede que fue Asad quien pidió al Kremlin que interviniera en Siria para acabar con la amenaza yihadista, mientras el resto de países y grupos que intervienen militarmente en la zona no tienen ni autorización ni legitimidad internacional.