El Gobierno de Dublín advirtió hoy de que los controles fronterizos entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte podrían volver a ser una realidad en caso de que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE).
El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Charlie Flanagan, planteó hoy esa posibilidad al rechazar la posición de la titular británica para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, uno de los miembros rebeldes del Ejecutivo del conservador David Cameron que apoya las escisión de Londres con Bruselas en el referéndum del 23 de junio.
Según Flanagan, la posible salida del Reino Unido del bloque comunitario obligaría a Dublín a sentarse en una mesa de diálogo para revaluar la situación fronteriza entre ambas jurisdicciones de la isla no solo con el Reino Unido, sino con el resto de países de la Unión.
"El resultado (de la consulta) podría llevar a una amplia negociación en la que estaría implicada toda la UE y, por tanto, nadie puede afirmar rotundamente que la cuestión fronteriza no cambiará si el Reino Unido vota por la salida", declaró en el Parlamento de Dublín el jefe de la diplomacia irlandesa.
Durante la campaña del citado referéndum, Villiers ha insistido en que el "brexit" no alterará los acuerdos fronterizos entre la Irlanda e Irlanda del Norte, a pesar de que la provincia británica quedará fuera de la UE.
La ministra conservadora británica sostiene que ambas jurisdicciones mantendrían sus acuerdos de "libre circulación" y la vigencia de las "áreas de tránsito común", establecidas antes incluso del ingreso de Londres y Dublín en el bloque comunitario.
El pasado fin de semana, Villiers también calificó de "irresponsables" a los que recurren a la "política del miedo" para defender de la permanencia del Reino Unido en la UE recordando que la derrota del "sí" en la consulta tendrá consecuencia negativas para el proceso de paz en Irlanda del Norte.
A este respecto, Flanagan recordó hoy que la "virtual invisibilidad" de las divisiones físicas son un "símbolo importantísimo" de la "normalización y desarrollo de las relaciones entre el norte y el sur" de la isla.
"Cualquier alteración de los actuales acuerdos fronterizos solo ocurrirá si el Reino Unido decide salir y, en ese caso, su futuro dependerá en gran medida de las condiciones de la nueva relación que se establezca con la UE", aseguró el ministro irlandés.
El Gobierno de Irlanda ve con preocupación la posible ruptura entre Londres y Bruselas, que, además del impacto político, afectaría a la relación económica que mantiene con su principal socio comercial en el bloque comunitario.
"En ese caso, está claro que las aduanas no se establecerían de la noche a la mañana. Comenzaría un proceso negociador que podría durar más de dos años", dijo Flanagan.